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Hanom Ausse investiga en 'Fin' el rock instrumental

"Qué tienen en común el avaro más famoso de Londres, una maestra alemana de una escuela de sirvientes, el empleado de una fábrica de cajas perdido en una isla, una adolescente madrileña que escribe un diario digital antes que nadie, un escribiente de Nueva York y una vieja conocida de Leonard Cohen?".

Lo pregunta el músico catoirense que firma como Hanom Ausse en su perfil de Facebook, sin caras ni nombres. La respuesta, por orden, está en Ebenezer Scrooge, Lisa Benjamenta, John Locke (el personaje de la serie Perdidos, no el filósofo pactista), Claudia-P, Bartleby y Suzanne, los seis temas de personaje real o literario que componen Fin, su tercer álbum tras Mettembiste y Summtranses. Para Scrooge

[el protagonista del clásico de Dickens Cuento de Navidad] compone la canción que abre el disco.

Tendidos hacia el minimalismo, los instrumentales de Fin son más atmosféricos que nunca. La idea al principio no era esa: "Quería hacer un disco de canciones largas y oscuras, con mucha distorsión, en la línea de temas anteriores como Futuro perfecto, pero una vez más quedó a medio camino. La mayor influencia aquí es Piano Magic". Quizá sea una forma de escapar del ruido como trampa. A Hanom Ausse le siguen interesando desde el rock progresivo de los 60 y 90 a la psicodelia y las guitarras sampleadas de las primicias, pero se reconoce en la lentitud del slowcore. "Sigue siendo un posicionamiento subversivo enfrentado al barullo de la industria musical", afirma. "Además, el impacto de la trilogía de Codeine y las primeras etapas de Low es de por vida".

Sin descarga

Con los dos primeros álbumes disponibles en el netlabel de A Regueifa Plataforma, Fin está disponible en bandcamp, una web en la que los músicos administran todo, sistema de pago incluido. En su caso solo se puede escuchar, sin descarga, y no le importa mucho. "No le doy demasiadas vueltas a la parte de negocio que pueda tener mi música; solo es ocio. Hice una edición física en cd-rom, ultralimitada, de cinco copias".

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Sobre la cuestión del anonimato, que apela al punk y a la dignidad del pop, Hanom Ausse -38 años, artesano- se mantiene fiel al ideal del "perfecto desconocido". "Pon que vivo en Alaska. La música es una invención, no veo por qué no inventar el lote entero".

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