León de Oro a un indigerible 'Fausto'
Ha sido la mejor Mostra que yo recuerdo en demasiados y lamentables años, una programación que te despejaba las legañas al madrugar y no convertía en un oficio deprimente esa cosa tan rara de ser crítico de cine, al acudir con ilusión a películas firmadas por directores cuya obra siempre te ha ofrecido garantías, o al menos expectación, gente en posesión del lenguaje que precisan sus historias, autores que jamás han recurrido a ese recurso utilizado por tanto falsario o irremediable impotente de hacer sus películas de espaldas a algo tan real llamado público, ese público en el que conviven listos y simples, acomodaticios y exigentes, sofisticados y convencionales.