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Los países de la región comienzan a ayudarse a sí mismos

La cooperación Sur-Sur entre Estados suple la caída del apoyo internacional

Pablo Ximénez de Sandoval

La crisis económica está reduciendo los fondos que los países ricos destinan a cooperación al desarrollo y amenaza con reducirlos aún más. En el ámbito iberoamericano, España, y mucho menos Portugal, no van a estar en condiciones de aumentar su ayuda al desarrollo de los países latinoamericanos en los próximos años o incluso la reducirán, como ya ocurre desde 2009. En este contexto, los 22 países iberoamericanos presentaron ayer como un éxito el aumento significativo en los últimos años de lo que técnicamente se llama cooperación Sur-Sur, es decir, entre los propios países en desarrollo.

La región está formando su propia red de cooperación, además, en un panorama de reducción de la ayuda internacional porque se desvía a zonas más necesitadas. En la última década, la ayuda al desarrollo mundial destinada a Latinoamérica bajó del 6,5% al 4,5%. Es decir, que la región recibe un tercio menos de proyectos que hace 10 años.

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A efectos de ayuda, "Latinoamérica se está convirtiendo en una región de renta media", explica José María Vera, director de Planificación de Cooperación de la Secretaría General Iberoamericana (Segib). Los proyectos se concentran ahora más en África y en Asia.

Esta mejora en grandes números es en sí misma positiva, pero la retirada de proyectos de cooperación, la pérdida de ese papel central como región del mundo necesitada de ayuda, no afecta a todos por igual. "Los países andinos y Centroamérica en general reclaman que se mantenga hacia ellos la cooperación", explica Vera. Es decir, se ven en la necesidad de advertir que no se les considere países de renta media demasiado pronto.

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Es en este contexto cuando "la cooperación Sur-Sur es una excelente noticia" porque "hay una expectativa de que se pueda mantener estancada la ayuda al desarrollo", asegura Vera. Esta idea fue destacada especialmente ayer en Madrid durante una reunión en la Segib preparatoria de la próxima Cumbre Iberoamericana (en Asunción, Paraguay, días 28 y 29 de octubre) en la que estuvieron presentes los responsables de cooperación de todos los países participantes. Más allá de las conclusiones políticas de las cumbres, en realidad son estos proyectos los que "hacen que la opinión pública vea que hay sustancia detrás de estas reuniones", en palabras del secretario general iberoamericano, Enrique V. Iglesias.

Según el balance presentado ayer, como resultado de las cumbres iberoamericanas se han puesto en marcha una media de 1.200 proyectos de cooperación Sur-Sur en Latinoamérica. Solo siete países son los donantes de más del 90%: Argentina, Brasil, Cuba, México, Venezuela, Chile y Colombia. Se trata más de cooperación técnica que de ayuda monetaria. Por ejemplo, Cuba exporta sus programas de alfabetización; Brasil asesora para montar bancos de leche materna (incluso asesora a hospitales españoles). En realidad "no hay ninguna otra región en el mundo donde exista este tipo de cooperación", afirmó Julia Olmo, directora para Latinoamérica de la Agencia de Cooperación al Desarrollo.

La ayuda española al desarrollo en Latinoamérica se estancó en 2008 después de un crecimiento espectacular en una década. Entre 2000 y 2009, España cuadruplicó su aportación, de 241 millones de euros a 1.120 millones. Hoy es el segundo donante mundial a la región por detrás de Estados Unidos. Hace tres años que esa cifra dejó de crecer por la crisis económica.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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