El vigor del cine de la realidad

En 2006, cuando la veterana muestra de cine de Cádiz, Alcances, dio un giro al género documental, poco más de 100 cintas concurrieron a la fase de preselección de la sección oficial. Este año, en su recién estrenada 43ª edición, 212 producciones optaron a entrar en concurso. Una muestra de la pujanza del género y de la notoriedad que ha alcanzado el festival. "El número de cintas presentadas supone casi la totalidad de la producción española del último año. Eso significa que para los creadores Alcances es una buena plataforma para darse a conocer, y también un punto para encontrarse con otros compañeros", señala Javier Miranda, programador de la muestra.

Para abrir boca, el Teatro Falla acogió anoche la proyección de Che, un hombre nuevo, de Tristán Bauer. Con ella quedó inaugurada una edición en la que se podrán ver alrededor de un centenar de películas, de las cuales 34 concursarán para conseguir la Caracola Alcances. A ellas hay que sumar las creaciones que se incluyen en los ciclos paralelos, como Panorama internacional (con una mirada a Latinoamérica, Filipinas y Rusia), Los fuera de ley (sobre biografías de personajes apartados de las normas) o Crisis (con algunos de los mejores documentales que tratan de explicar el origen de la actual situación económica).

Y ahora que Alcances se ha ganado la confianza de directores y productores, se pone como reto ganarse la de los gaditanos. Desde hoy el barrio del Pópulo se convierte en Territorio Alcances. Exposiciones, conciertos de bandas sonoras de películas, mesas redondas y, en sus bares y restaurantes, cartas muy vinculadas al cine, para que cualquiera que pase estos días por el barrio pueda tomarse, por ejemplo, un martini a lo James Bond. Los comerciantes colaborarán también en esta integración del festival con el montaje de un mercadillo en el que se venderán productos artesanales relacionados con Alcances. Dos formas más de ganarse al público autóctono: los dos ciclos que este año tendrán a Cádiz como protagonista. Cádiz produce es una selección de obras de documentalistas gaditanos; mientras que Cádiz en el objetivo repasa algunas de las cintas que utilizan la ciudad como fuente de inspiración.

El festival sirve además de rito de iniciación al mundo del cine. Los espectadores pueden asistir a cualquiera de las sesiones por 2,50 euros la entrada -dos euros si disfrutan de algún tipo de descuento- y, si les apetece, conocer lo que hay detrás de cada película en alguno de los desayunos con realizadores que se celebran cada día, a las once de la mañana, en el centro cultural El Palillero.

Anoche se inauguró Alcances, pero queda por delante más de una semana, hasta el día 17, para disfrutar de un género al que le ha dado tiempo, en estos años, a madurar y a redefinirse. La edad media de los documentalistas ha bajado considerablemente, según cuenta Miranda. Se trata de un género relativamente barato, comparado con una producción de ficción, y en el que los jóvenes se encuentran cómodos a la hora de expresarse.