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Un empresario arruinado pide ayuda al 15-M para negociar con su banco

Quiere evitar que la semana que viene se subasten su casa y su almacén

Carmen Pérez-Lanzac

La de Roque Marchal es la historia de un pequeño empresario que está a punto de perderlo todo a causa de la crisis. De la crisis y de un señor préstamo que este fuenlabreño obtuvo en el peor de los momentos y que está a punto de costarle su casa y lo que queda de su negocio.

Su trayectoria inmobiliaria, que a él le gusta contar desde el principio, resume el boom inmobiliario: "Yo me casé en 1977 y viví dos años de alquiler. Después me compré un piso en Los Naranjos (Fuenlabrada) por 2,2 millones de pesetas. Más tarde lo vendí y con lo que saqué di la entrada para un piso en Madrid de 7,5 millones de pesetas. A los diez años, en 1990, lo vendí por 18 millones y me volví a Fuenlabrada, donde compré mi casa por unos 25 millones de pesetas [150.000 euros]".

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Carpintero desde los 22 años, Marchal era hasta hace poco dueño de una empresa de muebles por encargo. Tenía siete empleados y un almacén que alquilaba por 1.500 euros. En 2006, con su casa de 300 metros cuadrados ya pagada, decidió comprar el almacén y ahorrarse el alquiler. Ibercaja le concedió un préstamo de 390.000 euros, avalado por su vivienda y por el almacén; suficiente para pagar lo escriturado y el habitual porcentaje en negro y hacer unos arreglos en su vivienda.

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Dos años más tarde, el ladrillo sufría un vuelco y con él la venta de muebles. Marchal tuvo que cerrar su empresa. Al año dejó de pagar las cuotas del crédito. Para intentar solucionar el problema pidió un préstamo a la misma sucursal. Y luego otro, lo que aumentó la pelota de deudas que hoy suman 490.000 euros. La entidad le pide 42.000 euros para solucionar la situación. Como no los puede pagar, en febrero inició los trámites para subastar la casa y el almacén.

La perspectiva de perderlo todo tiene a este hombre de 56 años destrozado. No sólo por perder su casa, sino porque con ella desaparecerá su actual fuente de ingresos: no cobra el paro y ha alquilado a un guarda jurado y a dos camareros tres habitaciones de la vivienda. Las dos hijas que aún viven con él y su mujer (tienen dos ya emancipadas) se han mudado a la buhardilla.

El 7 de junio Marchal recibió la notificación de la subasta de la casa. Desesperado buscó información en Internet y dio con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid, que ese mismo día celebraba la primera reunión de afectados. Desde entonces no ha faltado a ninguna convocatoria de esta plataforma, a la que se ha aferrado como a un clavo.

Aunque el banco subaste ambos inmuebles -que tras el reciente decreto ley pueden adjudicarse por el 60% del valor de tasación-, Marchal seguirá debiendo parte de la deuda. A pesar de ello no quiere para sí la principal petición de la plataforma, la dación en pago, pero sí que el banco le dé dos años de plazo, "el tiempo de recuperarme".

Para presionar a la entidad ha recurrido a la asamblea de Fuenlabrada surgida del Movimiento 15-M. La semana pasada logró que 70 personas protestaran por su causa ante la sucursal. Ayer organizó una segunda protesta a la que acudieron 25 personas que estuvieron unas tres horas gritando. "El director me dice que no hay nada que hacer, que en dos años mis bienes pueden valer aún menos", explica con la preocupación en los ojos. "Es que no lo asimilo. Nos quedamos en la calle y ellos tan tranquilos".

La entidad no quiere dar detalles, aunque un portavoz puntualiza: "Antes de llegar a esta situación buscamos todas las alternativas posibles". En el caso del fuenlabreño el tiempo se acaba. Si nada lo impide la subasta se celebrará el próximo miércoles 13 de julio.

Roque Marchal ayer durante la protesta que organizó con ayuda de los indignados de Fuenlabrada ante su sucursal bancaria.
Roque Marchal ayer durante la protesta que organizó con ayuda de los indignados de Fuenlabrada ante su sucursal bancaria.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

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