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CiU y PP se dan aire mutuamente en Barcelona y Badalona

Los nacionalistas entregan la tercera ciudad catalana a los populares

El PP de Cataluña ha logrado dejar atrás su imagen de partido residual en el ámbito municipal. Y lo ha hecho con la ayuda de Convergència i Unió. Los conservadores se confirman como el gran puntal del nacionalista Xavier Trias en el Ayuntamiento de Barcelona, que precisamente no se podrá constituir hoy por un recurso presentado por el PP, que busca recontar los votos para intentar alcanzar su noveno concejal. De obtenerlo, se lo arrebataría a CiU, que se quedaría con 14 ediles.

Trias ya ha señalado quiénes formarán parte de su equipo. El primer alcalde barcelonés de Convergència i Unió desde la recuperación de la democracia se rodeará de los colaboradores que han compartido con él tarea de oposición. Por ahora no ha incorporado a ningún independiente. El Ayuntamiento de Barcelona se constituirá el día 1 de julio debido al recurso del PP. Lo mismo sucederá en Girona, en este caso por un recurso de Esquerra Republicana.

La gran novedad radica en Badalona, tercera ciudad de Cataluña. Los socialistas pierden también este Ayuntamiento que, gracias a la abstención de Convergència i Unió, quedará en manos de Xavier García Albiol (PP), algo que ha generado discordia en las filas nacionalistas por el "peligro" que, a juicio de muchos, entraña el discurso xenófobo del futuro alcalde conservador. Este ya ha comenzado a templar su discurso y CiU justifica su abstención de hoy por su intención de respetar el principio de la lista más votada en cada municipio.

El acuerdo en Badalona entre CiU y el PP permitió a los nacionalistas desbloquear con el PP los pactos que más ansiaba: los votos en el Parlamento para encarrilar los presupuestos de la Generalitat y, sobre todo, el apoyo del partido de Alicia Sánchez -Camacho para aupar a CIU a la presidencia de la Diputación de Barcelona.

El principio de la lista más votada hará que CiU permita gobernar al PSC en Tarragona y en El Vendrell. En esta ciudad de Tarragona, el candidato convergente, Benet Jané, flirteó con la xenófoba Plataforma per Catalunya para, tras imponerse la opinión de la dirección de CiU, acabar pactando con todas las formaciones y excluyendo al partido racista.

En Tarragona también tuvo que intervenir la cúpula de Convergència, que impuso el respeto a la lista ganadora. La dirección de Convergència tuvo que enfrentarse a la federación local para evitar un pacto con el PP que tenía como objetivo desbancar a Josep Fèlix Ballesteros, actual alcalde y candidato del Partit dels Socialistes (PSC).

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Pero el principio de respetar la lista más votada se aplicará solamente donde más le convenga a CIU. Ese criterio se ha mantenido en los grandes municipios, donde los pactos se miraban con lupa. Sin embargo, hoy, cuando la práctica totalidad de los Ayuntamientos catalanes se constituya, los nacionalistas de CiU se harán con una veintena de alcaldías en localidades donde no ganóen las urnas.

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