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Elecciones municipales

La reconquista de los peatones

Sevilla (PSOE-IU) y Málaga (PP) han restringido el tráfico en sus centros

Si alguien visitó Sevilla hace cuatro o cinco años y vuelve ahora le costará reconocer algunas de sus calles más emblemáticas. El plan de peatonalización puesto en marcha por el gobierno municipal (PSOE e IU) ha transformado la fisonomía de la ciudad y los hábitos de los ciudadanos y pocos dudan de que se ha convertido en uno de los grandes legados del gobierno de PSOE e IU.

Algo muy parecido ocurrirá a quienes vuelvan a Málaga, cuyo centro histórico resultará irreconocible en fisonomía y, sobre todo, en actividad y hábitos. La peatonalización de calles contó inicialmente con el rechazo de los comerciantes pero ha acabado por propiciar el florecimiento de un nuevo comercio y, sobre todo, la revitalización de la hostelería. Hace una década, el centro de Málaga estaba abandonado, sin residentes, ni visitantes de paseo y con un comercio en declive. Aunque fuera una actuación de su primer mandato, en Málaga está comúnmente aceptada como principal logro del alcalde, Francisco de la Torre, la transformación de la calle Larios, la principal arteria de un centro más pequeño y menos complejo que el de Sevilla.

La peatonalización ha revitalizado la actividad comercial y la hostelería

Tras cuatro años con las ciudades patas arriba y con las arcas municipales escasas de recursos para invertir, parece que los partidos dan por zanjadas las grandes peatonalizaciones, aunque siguen buscando fórmulas para extender la prioridad al peatón más allá de los centros históricos.

Los vecinos más activos también creen que lo más difícil está hecho. "Lo que queda es pulir", afirma Pablo Barco, portavoz de la asociación Peatones de Sevilla, creada en 2009 para velar por que en la agenda política siempre haya un hueco para los viandantes cuando se piense en nuevos proyectos o cambios en la ciudad. "Lo que se ha hecho en los últimos años en Sevilla es muy positivo, estamos muy satisfechos y nos anima a seguir trabajando", afirma Barco, que cree que, sin embargo, la ciudad tiene todavía tres grandes retos por delante: mejorar la convivencia entre los diferentes medios de transporte y los peatones, garantizar la accesibilidad y llevar micropeatonalizaciones a todos los barrios.

Esta idea de las micropeatonalizaciones se la propusieron al candidato socialista, Juan Espadas, que la compró sin dudarlo y la ha incluido en su programa. Su idea es ejecutar pequeñas actuaciones que no supongan una gran inversión e instalar veladores y zonas de encuentro con los vecinos. Es la única propuesta que, por ahora, ha concretado Espadas sobre peatonalizaciones.

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Tampoco el candidato popular, Juan Ignacio Zoido, ha puesto nombre a calles susceptibles de ser peatonalizadas. En los últimos años, el PP ha liderado la batalla contra todas las actuaciones de cierre al tráfico y vía libre a los viandantes que han abordado PSOE e IU. Pero desde la oficina del candidato se asegura que el partido en Sevilla no está en contra de las peatonalizaciones en general. "Las primeras, de hecho, se hicieron con nosotros en el gobierno", recuerdan, en referencia a la de la calle Tetuán, peatonalizada hace más de 15 años y que, a pesar de las críticas de comerciantes que tuvo al principio, se ha convertido en la calle con los locales más caros de Sevilla. Una veintena de calles se han peatonalizado desde 2006.

Lo mismo ha pasado con las grandes vías peatonalizadas en los últimos mandatos: desde la avenida de la Constitución (la principal arteria de entrada al centro y que recorre la fachada de la Catedral) a Asunción o San Jacinto, calles comerciales de los barrios de Los Remedios y Triana, cuyos planes de cierre al tráfico chocaron con la oposición, a veces furibunda, de comerciantes, vecinos y del PP. Pero Zoido, aseguran fuentes de su oficina, no cierra la puerta a estas actuaciones aunque las hará con tres condicionantes: buscar alternativas previas al transporte público y los aparcamientos, consensuar cada proyecto con comerciantes y vecinos, y apostar por actuaciones "flexibles", es decir, que a determinadas horas puedan pasar vehículos.

En Málaga, primera capital andaluza que instauró las barreras para evitar el tráfico rodado por las calles que forman el perímetro que circunda el casco histórico, hay en marcha nuevas peatonalizaciones en el entorno del Palacio de la Aduana, futuro Museo de Bellas Artes, y la mitad de la plaza de La Merced. Pero hay cuestiones por resolver como, por ejemplo, la conexión del centro con el puerto, una vez liberados dos de sus muelles o en el barrio contiguo en torno al muelle Heredia en el que plantea el denominado Soho, una zona reservada a usos culturales y de ocio; o los usos a las calles de los barrios donde llega el metro. El PSOE pide plantear la cuestión de forma transversal. "Es incongruente que se haya aprobado el PGOU sin el plan de movilidad, y que haya un furor de peatonalizar al tiempo que se plantea por ejemplo un tercer carril de tráfico en el Paseo de los Curas", explica Carlos Hernández-Pezzi, número dos de la candidatura socialista.

Los vecinos reclaman que antes de acometer nuevas actuaciones hay que poner orden en lo existente. "Nunca pusimos reparos a la peatonalización, sabiendo que podía revitalizar Málaga, pero empezamos a pagar las consecuencias: en un año se han perdido 300 plazas de aparcamiento y no se proyecta ninguno para residentes en el centro, como se hace en todos los barrios. Muchos espacios recuperados de calles y plazas se han visto ocupados desmesuradamente por bares y restaurantes", se queja María José Soria, presidenta de la asociación de vecinos del casco histórico.

Para la asociación Peatones de Sevilla, el ejemplo a seguir debería ser La piel sensible, un proyecto del arquitecto José Carlos Mariñas Luis, que fue en 2007 el primer paso para peatonalizar progresivamente el centro. El plan rediseñó cuatro plazas del casco urbano muy próximas entre sí (El Salvador, la Alfalfa, la Pescadería y el Pan) y sus calles aledañas para crear grandes espacios peatonales sin cerrar del todo el tráfico. "Se trata de peatonalizar tramos y adecuarlos al entorno para que sea más agradable andar", sostiene Barco.

Actuaciones en otras ciudades

- Córdoba ha vivido un profundo cambio en su centro, sobre todo en su casco histórico. El último ejemplo es el de la calle Cruz Conde, la avenida comercial por excelencia de la ciudad, cuyas obras no han evitado la polémica. Su peatonalización ha enfrentado a comerciantes y a vecinos. Según el Ayuntamiento, en los últimos cuatro años del gobierno IU-PSOE se ha reducido en un 57% el paso de vehículos. Eso supone que, de los 73.159 vehículos diarios ahora pasan 31.973, informa Manuel J. Albert. Esta reducción se ha logrado con la peatonalización del eje que une la Mezquita con la Plaza de las Tendillas, en el centro de la ciudad, y por las obras de remodelación de la calle Cruz Conde. En total, en Córdoba hay ahora mismo unos 92.000 metros cuadrados peatonalizados.

- En Jaén, el Ayuntamiento ha emprendido la semipeatonalización del entorno de la Catedral, restringiendo el tráfico rodado exclusivamente al transporte público, emergencias y a los residentes que dispongan de cocheras, informa Ginés Donaire. El objetivo es relanzar la candidatura de la Catedral

ante la UNESCO para su declaración como Patrimonio de la Humanidad. También se quiere culminar la peatonalización de todo el céntrico barrio de San Ildefonso, donde solo entrarán los que dispongan de cocheras, mientras que las principales calles comerciales ya son peatonales.

- En Huelva se han peatonalizado varias calles del centro en los últimos años, la última de ellas la Gran Vía,

con críticas iniciales de los comerciantes que se han mitigado notablemente.

- En Almería hay algunas peatonalizaciones muy puntuales pero aisladas.

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