Intervención aliada en Libia
Hakim Abdalá irradia felicidad rodeado de viviendas en ruinas. Diez días de asedio de las tropas de Muamar el Gadafi a Ajdabiya, cruce de caminos estratégico, son historia desde hace pocas horas. Los rebeldes acaban de reconquistar la ciudad libia en un campo de batalla que parece un acordeón.
Un coche cruza la carretera de la costa hacia el este, deja atrás la ciudad vieja y se adentra en los suburbios que rodean Trípoli. Al paso de los controles, el conductor saca la cabeza por la ventana y sin parar suelta en árabe una bendición a los jóvenes milicianos armados con Kaláshnikov.
Una mujer libia intenta denunciar ante periodistas extranjeros que fue violada por milicianos del régimen
Ola de cambio en el mundo árabe
E. G | Jerusalén
Siria es clave para la estabilidad en Oriente Próximo
La crisis siria sigue inflamándose. El Gobierno del presidente Bachar el Asad liberó ayer a 260 presos islamistas, pero el gesto no aplacó la revuelta. Al contrario, esta se extendió a la zona costera del país. Deraa, la ciudad sureña donde nació la protesta, vivió una nueva jornada de manifestaciones y la sede del partido Baaz y una comisaría de policía fueron incendiadas.
IGNACIO CEMBRERO | Madrid
La comunidad islámica alauí, a la que pertenece la familia El Asad, representa un 10% de la población siria - La secta controla los puestos clave del régimen
Decenas de miles de personas inundaron ayer el centro de Londres para plantar cara a las medidas de austeridad del Gobierno, en la mayor movilización que recuerda la capital británica desde las protestas contra la guerra de Irak (2003). Maestros, trabajadores del sistema sanitario público, muchas familias y gente de edad avanzada desfilaron desde orillas del Támesis hasta el Hyde Park, encarnando el primer gran desafío de los sindicatos a la política de drásticos recortes de la coalición que dirige David Cameron, integrada por conservadores y liberaldemócratas.
Catástrofe en Japón
La radiactividad de la central nuclear de Fukushima I se ha convertido en una potencial amenaza para el mar. La agencia de seguridad atómica de Japón aseguró ayer que el nivel de radiación en el océano junto a la planta atómica se ha disparado en los últimos días, hasta alcanzar 1.250 veces el límite legal en las mediciones efectuadas el viernes pasado.
Fue un éxito sin precedentes incluso para el masivo y veterano movimiento antinuclear alemán: casi un cuarto de millón de personas siguieron ayer su convocatoria en las principales calles de Alemania. Berlín, Hamburgo, Múnich y Colonia, las cuatro mayores ciudades, sirvieron de escenario para cuatro protestas simultáneas bajo el lema "Fukushima nos advierte: apaguemos las nucleares".
RAFAEL MÉNDEZ | Madrid
La lucha por enfriar la nuclear se eterniza, revela fallos de diseño y amenaza a la industria atómica