_
_
_
_
_

Los líderes de la UE lanzarán un mensaje de calma a los mercados

Los sindicatos europeos se movilizan contra los recortes

Andreu Missé

La búsqueda de soluciones a la crisis financiera de Portugal dominará completamente la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de los Veintisiete que se inicia hoy en Bruselas. A pesar del rechazo del Parlamento portugués a las medidas de austeridad presentadas por el Gobierno de José Sócrates, los líderes europeos intentarán adoptar una posición constructiva que no desestabilice más aún la situación de Portugal y a la de la zona euro en su conjunto. Los procesos electorales de Finlandia y Alemania retrasarán la validación de los acuerdos sobre los mecanismos de rescate. Los sindicatos han convocado manifestaciones, que las autoridades prevén masivas, contra los recortes de derechos sociales que conlleva el Pacto del Euro.

Se confía en que Portugal logre cumplir el objetivo de déficit pactado
Más información
El Parlamento portugués rechaza el ajuste y fuerza la dimisión de Sócrates
Los vencimientos de la deuda lusa se agolpan en el primer semestre
Rajoy usa la crisis de Portugal para pedir elecciones anticipadas

Los líderes intentarán lanzar un mensaje de respaldo a los objetivos de ajuste acordados por Lisboa para calmar a los mercados que ayer registraron un alza del precio de los bonos portugueses a 10 años hasta 7,63%, mientras que los títulos a 5 años alcanzaron el 8,19%. Un coste superior al 7% resulta insostenible. La UE tratará de encontrar una salida para Portugal durante la cumbre de hoy y mañana para evitar un nuevo lunes negro en los mercados bursátiles y de deuda.

Para la UE, lo fundamental es el acuerdo previo alcanzado entre el Gobierno y la oposición portugueses, en el que se aprobó un durísimo ajuste del déficit público al 4,6% en 2011; al 3% en 2012 y al 2% en 2013. El detalle sobre las medidas de austeridad para lograr estos objetivos es lo que Europa deja en manos de los políticos portugueses y que fue el objeto del polémico debate de ayer.

El clima político se deterioró sustancialmente en Lisboa cuando trascendió que Sócrates había consensuado las duras medidas de ajuste, algunas muy contestadas como el recorte de pensiones y de empleos públicos, con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo al margen de los demás partidos. La UE confía en que, con independencia de la lucha política, las autoridades portuguesas encontrarán las medidas adecuadas para cumplir los objetivos de déficit acordados.

La reunión se celebrará con otras importantes incertidumbres. Una de ellas es la negativa de Finlandia, pendiente de las elecciones del 17 de abril, a aumentar la dotación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), de carácter temporal para que sean efectivos los 440.000 millones previstos.

En el marco del semestre europeo, los líderes deberán fijar "las prioridades en materia de saneamiento presupuestario y reformas estructurales", que después los Estados tendrán que reflejar en los presupuestos de 2012. Las medidas de ajuste que ello implicará y la filosofía de recorte del Pacto del Euro volverán a desatar protestas populares. Y no solo en Portugal sino en Bruselas, donde acudirán los sindicatos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_