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Jáuregui invita a Sortu a convencer al Supremo

Luis R. Aizpeolea

Los sucesivos pronunciamientos de Sortu, la marca renovada de la izquierda abertzale, de alejamiento de la violencia de ETA están moviendo las posiciones políticas y, con ellas, la del Gobierno, que está viéndose obligado a matizarlas.

Así, la posición oficial del Gobierno, antes de la aparición de Sortu, fue que la izquierda abertzale tenía que elegir entre convencer a ETA o romper con ella. La aparición de Sortu, con unos estatutos en los que rechaza la violencia de ETA, y el comunicado que publicó el jueves, en el que ha dado nuevos pasos en el desmarque de la violencia etarra -el rechazo de los intentos de atentado de ETA; su compromiso con el fin definitivo de la violencia y no táctico-, le ha obligado a precisar su discurso.

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Ayer, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que sustituyó a Alfredo Pérez Rubalcaba como portavoz del Consejo de Ministros, conminó a Sortu, como fórmula para ser un partido legal, a convencer a los tribunales de que no es un partido heredero de ETA. Jáuregui abundó, con esta tesis, en el discurso que la víspera pronunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el que vaticinó que Sortu tendrá problemas para ser legal mientras ETA siga existiendo. O, lo que es lo mismo, que el Gobierno mantendrá la presión sobre Sortu, y por extensión, también, las instituciones del Estado, mientras ETA no desaparezca.

Todo ello tiene que ver con el concepto que el Gobierno tiene de "ruptura" con ETA. El Ejecutivo no considera que el desmarque de Sortu con respecto a ETA sea una ruptura con la banda. Jáuregui defendió esta tesis con el argumento de que "la democracia tiene derecho a dudar del nuevo partido de la izquierda abertzale porque, con toda evidencia, es heredero de la ilegalizada Batasuna". Y que, por tanto, el Gobierno necesita comprobar "de manera fehaciente o constatable" que "Sortu acaba con la violencia", y para eso se necesita tiempo. Es decir, que el Gobierno considera que los pasos que está dando la izquierda radical de alejamiento de la violencia de ETA, que sí reconoce, no están lo suficientemente acreditados como para considerar que se están dando contra la voluntad de ETA. En este sentido, Jáuregui fue ayer expresivo al señalar que "la única vía segura para que la izquierda abertzale esté presente en las instituciones es el fin de ETA", si bien dejando la puerta abierta a que logre convencer a los tribunales.

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