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Reportaje:El problema de la calidad del aire

Una solución de futuro, no de presente

El coche eléctrico se perfila como una alternativa para reducir la contaminación, pero a largo plazo - El alto coste y la dificultad de carga retrasan su implantación

"La implantación del coche eléctrico no es una hipótesis, es una realidad", decía ayer el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, durante la presentación de un convenio con Seat para el fomento del vehículo eléctrico.

La afirmación parece demasiado optimista. En estos momentos la presencia de coches eléctricos en la ciudad de Madrid, y en toda España, es meramente testimonial. Son el futuro, pero un futuro a largo plazo, y no van a solucionar ahora los problemas de contaminación que afectan a las ciudades españolas.

Juan Luis Plá es jefe del Departamento de Transporte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, y uno de los grandes conocedores del coche eléctrico en España. "Las ciudades serán las principales beneficiadas por el coche eléctrico, que no tiene emisiones ni produce ruidos", asegura. Pero no será ahora. Plá calcula que para 2020 habrá un 10% de vehículos eléctricos, y el 90% restante serán coches de combustión como hasta ahora. En la actualidad debe de haber entre 2.000 y 3.000 funcionando en las carreteras españolas, la mayoría de flotas de ayuntamientos o comunidades, y dedicados principalmente a servicios públicos: jardinería, limpieza, movilidad en servicios urbanos de transporte...

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Algunos turismos ya ofrecen prestaciones muy interesantes, con autonomía de hasta 175 kilómetros en un habitáculo para cinco plazas. Algunos de ellos se pueden comprar en los concesionarios. Sin embargo, lo que los hace tan minoritarios es su precio: alrededor de los 30.000 euros, una cantidad que hoy en día los convierte en prácticamente prohibitivos para la mayoría de la población.

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Y es que la batería que llevan supone casi la mitad del precio total de estos coches: "La clave está en reducir el coste de la batería, que hoy en día está alrededor de los 600 dólares el kilovatio por hora. Se habla de que en 2015 o 2016 esa cifra puede bajar a la mitad".

La recarga de estos coches es otro de los grandes retos para los usuarios y las ciudades. En algunas motocicletas que ya están funcionando puede ser de una hora y media o dos horas en un enchufe normal de cualquier casa. En los coches, dependerá del tamaño de la batería: siete u ocho horas sería normal para muchos vehículos, prácticamente el tiempo que están sin usar por la noche. Para ello es necesario, claro, que tengan un enchufe cerca, y que las ciudades y los garajes empiecen a instalarlos. Luego habrá puntos con cargadores rápidos que en unos ocho minutos pueden permitir cargas para una autonomía de 40 o 50 kilómetros. Aunque no será lo habitual. "El 95% de la energía que irá a los coches eléctricos llegará a través de la carga de enchufes normales por la noche, y el 5% por las electrolineras", asegura Plá.

El Ayuntamiento de Madrid trabaja con el Ministerio en el proyecto de Movilidad Electrónica (Movele), en el que ha establecido líneas de colaboración con fabricantes de vehículos y ha adoptado medidas de promoción, como la exención del pago del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) para los coches eléctricos y el 75% de bonificación en el impuesto de circulación, el paso libre por áreas de prioridad residencial, como el barrio de las Letras o Embajadores, la utilización de flota municipal de bajas emisiones (ya hay 20 autobuses de la EMT eléctricos) y la instalación de puntos de recarga. El objetivo es colocar casi 300. Ya hay 48 ubicados en Serrano. El alcalde adelantó ayer que en los próximos tres meses funcionarán un centenar más. Pero el sueño de una ciudad sin humos de automóviles todavía queda muy lejos.

Gallardón inspecciona un coche híbidro de Seat.
Gallardón inspecciona un coche híbidro de Seat.SAMUEL SÁNCHEZ

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