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Los alcaldes del PSC presionan para cerrar las candidaturas en enero

Los alcaldes socialistas, y más que nadie el de Barcelona, Jordi Hereu, quieren agilizar el cierre de las candidaturas para las elecciones municipales del próximo mes de mayo. Esta voluntad se enmarca en su ruego de que se aplace el debate sobre la reforma del Partit dels Socialistes (PSC) y que, hasta mayo, las elecciones sean la única prioridad. Están más cerca de lo que parece, dicen. Hoy, en el consejo nacional que analizará la derrota del 28N, presentarán una resolución en llaman a arremangarse para las elecciones y el lunes llevarán a la ejecutiva del partido el calendario de elaboración de las candidaturas.

Su idea es abrir el plazo para formalizar candidaturas el 27 de diciembre y cerrarlo el 10 de enero. Desde entonces hasta finales de mes cada federación tendrá tiempo para decidir. Y si hay más de un candidato, celebrar primarias o votarlo aunque solo haya un nombre, según explican fuentes socialistas.

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Cerrados los primeros nombres de la lista en enero, estos se aprobarían oficialmente en un congreso nacional a comienzos de febrero. Ese mismo mes los alcaldes celebrarán la convención municipal. De este encuentro sale el programa electoral marco, que luego cada candidato adapta a su municipio. Y en marzo, se cerrarían las candidaturas enteras.

En el caso de la lista de Barcelona, la federación socialista da por sentado que el candidato será el actual alcalde. A partir de ahí, todo está por hablar, insisten desde la Federación. Sin embargo, ya hay planteamientos sobre la mesa, como el que situaría de número dos a Ferran Mascarell, ex consejero de Cultura y ex concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. El objetivo, coinciden el alcalde y la federación, es buscar nombres que movilicen al desmotivado elector socialista en una suerte de lista de salvación. Hereu no quiere hablar de sus hipotéticos compañeros de lista; prefiere centrar el foco en destacar el trabajo realizado.El alcalde de Barcelona no parece muy preocupado por la desventaja que tendrá frente a su directo contrincante, Xavier Trias (CiU), que estará acompañado porque ya será el presidente de la Generalitat Artur Mas. Es más, evita contestar cuando es preguntado sobre si le gustaría que José Montilla le acompañara en la campaña. Su reflexión es la siguiente: lo que importa para ganar las elecciones es conectar con los problemas de los ciudadanos y mostrar el trabajo realizado en los cuatro años de mandato.

De ahí que pase de puntillas respecto al hipotético apoyo de los máximos dirigentes de su partido. Sobre todo porque quiere eliminar en todo lo posible el ruido del debate interno del PSC ya que la prioridad será mantener la alcaldía. Su homónimo en Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, es más claro y afirma que no necesita apoyos -"del primo de Zumosol", dijo-, para ganar a su rival. Otros alcaldes, en cambio, como el de Lleida, Àngel Ros, y el de Reus, Lluís Miquel Pérez, sí ven en el presidente en funciones un activo electoral, porque con vistas a las elecciones de mayo tienen mucha obra que vender que ha sido pagada por la Generalitat.

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De hecho, a instancias del alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, a la declaración del consejo de alcaldes se ha añadido para la resolución que se presentará hoy un mensaje explítico de apoyo y agradecimiento al Gobierno de Montilla y sus consjeros. La resolución insiste en el mensaje que salió del Consejo de Alcaldes celebrado el jueves pasado: posponer el debate interno y conjurarse para salvar los Ayuntamientos y hacer de la crisis económica una prioridad electoral. Los socialistas son conscientes de que los efectos de la recesión sobre su electorado es la principal causa de su derrota el 28N. Se aferran a la idea, que volverán a expresar hoy los alcaldes, de que el municipalismo "forma parte del ADN del PSC".

El propio Hereu, que es secretario de política municipal del PSC, recordó el jueves que en Cataluña tres de cada cuatro ciudadanos viven en Ayuntamientos gobernados por el PSC: a ellos hay que dirigirse y ofrecerles soluciones. "Los ciudadanos ya tienen en casa problemas como para que vengamos a contarles los nuestros", defendió.

En la declaración del jueves, como en la resolución de hoy, los alcaldes no rehúyen el debate interno, pero llaman a la "responsabilidad", en alusión a la catarata de voces y declaraciones que cada día hablan del futuro liderazgo del PSC, de si la campaña fue acertada, si el tripartito funcionó como marca y tuvo relato, o de la relación entre los socialistas catalanes y el PSOE.

Con todo, pese a los ruegos de que cese el ruido, no hay manera; y menos ante el consejo nacional de hoy, en el que después del informe político que presentará Montilla, en calidad de primer secretario, se abrirá un turno de intervenciones que se prevé muy participativo. Es más que probable que haya quien pida que la derrota no se cierre con la renuncia de Montilla a volver a presentarse a la dirección y a ocupar su escaño. "Se pedirán más gestos", aseguran fuentes del partido. También habrá quien, en paralelo a luchar por los Ayuntamientos, pida centrarse en la labor de oposición al Parlament, indican otras fuentes: "No nos podemos dejar llevar por el desánimo de la derrota; hay que hacer una buena labor de oposición".

Otro capítulo será el eterno debate sobre la relación PSC-PSOE. Ayer el alcalde de Lleida

pidió negociar con el PSOE la "voz propia" del PSC en Madrid. La vicepresidenta primera del congreso, Teresa Cunillera, instó a aparcar la constitución de un grupo propio. Por su parte, la consejera Marina Geli abogó por abrir el PSC como hizo Pasqual Maragall en 1999.

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