Gastronomía
Esnifar chocolate
ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS | Brujas
El cacao esnifado produce un extraño placer. En apenas un segundo el polvo negro sube por el tabique hasta el cerebro y desde ahí llega a los sentidos: un ligero sabor en la boca y un intenso aroma por la nariz. Hay variantes de chocolate negro con fresa o con jengibre y las cajitas recuerdan a esas del rape, el tabaco para esnifar, aunque el chocolate ni pica ni provoca ese distinguido estornudo a lo Barry Lyndon.