"EE UU debe unirse sin reserva a la lucha antinarco"

Alonso Lujambio (Ciudad de México, 1962) es ministro de Educación, miembro del conservador Partido Acción Nacional y a pocos extrañaría -"Me halaga mucho", dice, "que en mi partido se hable generosamente de mi persona como un posible precandidato"- que se lanzara por la presidencia en 2012. Defiende con vehemencia al presidente, Felipe Calderón, y aborda los escollos que afronta su país sin minimizar su magnitud: el México bronco está en su apogeo; los carteles del narcotráfico alardean de su salvajismo; las reformas políticas y económicas tropiezan con un Parlamento con mayoría del eterno PRI; la brecha social es desmesurada; el sistema educativo, muy deficiente; la ineficacia del sistema fiscal, alarmante; y su sistema financiero no funciona (16 millones de chilenos tienen más acceso al crédito que 106 millones de mexicanos). Fiel a la tradición panista, Lujambio apuesta por "la flexibilización laboral" y por "aumentar los impuestos al consumo para redistribuir ingresos". Y a esta pléyade de quebraderos de cabeza se suma otra circunstancia más difícil de superar: el arraigo en la psique mexicana de tabúes que nadie osa cuestionar.

"¿Sobre Pemex? Debemos abrir los ojos ante lo que sucede en el mundo"

Pregunta. ¿Puede prosperar México a ritmo acelerado sin liberarse de sus mitos?

Respuesta. México es, finalmente, un país democrático. Pero la democracia requiere una deliberación racional sobre los problemas colectivos, y por supuesto con mente abierta. Los mitos hay que desterrarlos.

P. Pemex, nacionalizada en 1938, es uno de esos tabúes sagrados, aunque necesite desde hace años de la ayuda de empresas extranjeras para la exploración de yacimientos o el refino de crudo. ¿Estaría a favor de que entrara capital extranjero en Pemex?

R. Ha habido una reforma energética que diversos actores políticos han juzgado incompleta. Hay que profundizar en esas reformas y otras que son centrales para el futuro del país, como la reforma para la competitividad.

P. ¿En qué consiste?

R. Hay que reforzar la institución que vela por la competitividad para luchar contra los monopolios. Se cree que la competitividad está desligada de la lucha contra la pobreza. Eso es falso.

P. Y de Pemex, ¿qué me dice?

R. Creo que los mexicanos debemos abrir los ojos a lo que está sucediendo en el mundo. Es paradójico que Pemex tenga en Tejas (EE UU) una inversión conjunta con Shell en una refinería. El hecho de que no podamos hacer esas inversiones en México para refinar está siendo un obstáculo para el crecimiento. Deberíamos pensar sobre esto sin mitologías.

P. También cuesta un mundo revocar el principio de no reelección de la Revolución Mexicana.

R. Proponemos terminar con uno de los aspectos más ominosos de nuestro diseño constitucional, que consiste en que los mexicanos no tienen derecho a premiar a los alcaldes con su reelección o castigarlos con el rechazo. Hay una irresponsabilidad de la clase política mexicana. No tenemos visión de largo plazo, no tenemos profesionalización de los cuadros municipales, no tenemos capacidad de desarrollar una política institucional que fortalezca la democracia en ese espacio cercano a los ciudadanos. Lo mismo sucede con los legisladores. Hay que profesionalizar las Cámaras y dar al ciudadano la posibilidad de juzgar a sus representantes.

P. ¿Puede aplicarse ese mismo argumento para la presidencia?

R. La reelección del presidente no hace falta. Va a ser juzgado por la historia.

P. El ex procurador general de la República, Eduardo Medina, ha comentado que la desaparición del narco es una "quimera".

R. Y no luchar contra él es suicida. México ha asumido una posición de punta de lanza en un esfuerzo mundial contra el crimen organizado. Pero no olvidemos que México es un sistema federal que hace imprescindible la cooperación de los gobernadores y de los alcaldes. Por eso es importante que se apruebe la iniciativa para generar una policía única en los Estados federados.

P. Pero los narcotraficantes se han infiltrado en las instituciones políticas y militares.

R. El presidente ha hecho una limpieza muy valiente en la Secretaría de Seguridad Pública. Tenemos que luchar porque está en juego la viabilidad del Estado. El presidente ha iniciado una cirugía mayor dolorosa. Pero necesitamos la cooperación de EE UU. De allí proceden las armas.

P. ¿No coopera como ustedes esperaban?

R. Necesitamos una cooperación más intensa. Este es un problema de geopolítica. Somos el vecino del gran consumidor de drogas, y hay una paradoja: EE UU condena el tráfico de drogas con la misma intensidad con que las consume. Es esquizofrénica la manera en que nos exigen que actuemos mientras toleran actuaciones en su territorio. Necesitamos que EE UU se sume sin reservas a una batalla que México está dando por México y por el mundo.