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Protesta social en Francia

La revuelta estudiantil se radicaliza

Jóvenes encapuchados en las afueras de París y Lyon cortan el tráfico, queman contenedores y coches y se enfrentan a pedradas a los policías antidisturbios

Antonio Jiménez Barca

Como todas las mañanas muy temprano, varios centenares de institutos en toda Francia quedaron ayer bloqueados por la acción de los alumnos, deseosos de continuar la huelga y de sumarse a la protesta contra la reforma de las pensiones del presidente Nicolas Sarkozy. Hubo cerca de 250, según las cuentas del Gobierno, y más de 500, según los sindicatos de estudiantes. Pero, a diferencia de la semana pasada, un grupo de jóvenes encapuchados, provenientes, según la policía, de un barrio de viviendas sociales, cortaron el tráfico en la ciudad universitaria de Nanterre, quemaron un coche que quedó en medio de la calle carbonizándose a la vista de todos, redujeron una cabina a un montón de cristales rotos, echaron por tierra contenedores de basura y se enfrentaron a pedradas a los policías antidisturbios. La lucha duró más de media hora. El coche y los contenedores de basura envueltos en llamas y en humo alimentaron después las imágenes de todas las televisiones. Hubo incidentes parecidos en Lyon y en otras localidades de la periferia parisiense, con carretas, golpes y enfrentamientos entre jóvenes y policías. El Ministerio del Interior registró 196 detenciones.

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Eduard Rosselet, inspector académico de la región de Hauts-de-Seine, a la que pertenece la localidad de Nanterre, aseguró horas después de los incidentes, cuando la calle había vuelto a ser una avenida normal, que los jóvenes encapuchados que habían sembrado el caos esa mañana no pertenecían a ningún instituto de la ciudad, que no hacían huelga ni participaban en asambleas, que no estudiaban nada y que se habían sumado a la protesta con la única intención de violentar la manifestación. Esto es algo que teme el Gobierno de Sarkozy: que el movimiento estudiantil de oposición a la reforma de las pensiones prenda en las localidades de las periferias de las grandes ciudades francesas habitadas por jóvenes de barrios pobres de origen inmigrante dispuestos a todo y que en 2005, a base de quemar miles de coches por la noche en una revuelta descontrolada, imprevisible y violenta, sin jefes ni objetivo claro, originada por la muerte de unos compañeros que huían de la policía, colocó al Gobierno de Jacques Chirac contra las cuerdas.

En 2006, cuando las manifestaciones estudiantiles contra un nuevo contrato laboral del ex primer ministro Dominique de Villepin, estos jóvenes de los arrabales solían sumarse a las marchas para reventarlas. La manifestación parisiense del sábado, a la que acudieron miles de estudiantes, se cerró con 30 detenidos por quemar contenedores y apedrear escaparates en las proximidades de la plaza de la Bastilla. Algunos ya vieron allí el fantasma de los encapuchados de La Banlieue. Pero se trataba de jóvenes de inspiración anarquista, sin relación con los adolescentes de los arrabales de París que incendiaron Francia hace más de cinco años.

Horas después de los incidentes de Lyon y Nanterre, un grupo de estudiantes se concentró en los Campos Elíseos para protestar de nuevo contra Sarkozy y su política de jubilaciones. Fue de nuevo una manifestación relámpago pacífica, que se acabó pocos minutos después de que comenzara, con los estudiantes perdiéndose en el metro. Antes, Nadhia, una estudiante de bachillerato, aseguró: "Toda esta protesta no será en vano".

La policía francesa detiene a un estudiante durante los enfrentamientos de ayer en Lyon.
La policía francesa detiene a un estudiante durante los enfrentamientos de ayer en Lyon.AP
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Los efectos de las movilizaciones

- Trenes. La empresa SNCF prevé para hoy varios cortes de tráfico. Circularán seis de cada 10 trenes de alta velocidad (TGV) y uno de cada cuatro trenes regionales. Los ferrocarriles hacia España también se verán afectados. Ayer se suspendieron los "trenhoteles" entre Barcelona y París. El talgo entre Montpellier y Cartagena llegará hoy hasta la localidad francesa de Portbou. Un autobús unirá esta ciudad con Figueres. El servicio Barcelona-Milán y Barcelona-Zúrich se efectuará por carretera.

- Refinerías y electricidad. Las 12 refinerías francesas siguen en huelga. Varios depósitos y puertos petroleros, como Dunkerque y Ouistreham, están bloqueados. En 1.500 gasolineras ya no hay carburante. Los trabajadores de la central nuclear de Flamanville anunciaron ayer 48 horas de paro.

- Aviación. Hoy se cancelará la mitad de los vuelos operados en el aeropuerto parisiense de Orly y el 30% en el resto de las terminales de la capital. Ayer se canceló un total de 20 vuelos entre los aeropuertos españoles y Francia.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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