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BETFAIR | Laboratorio de ideas | BREAKINGVIEWS. REUTERS

Apuesta arriesgada

Betfair es un negocio brillante. La idea original, un intercambio de apuestas en Internet que permitía a jugadores corrientes apostar contra un resultado, así como a favor del mismo, resultó rentable desde el principio, hace una década. El modelo se limita a emparejar a compradores y vendedores, sin asumir ningún riesgo. La innovadora tecnología del grupo de Reino Unido ha revolucionado el panorama de las apuestas británicas, y los peniques aportados por los inversores originales se han multiplicado por 1.000. Tras tantear a posibles nuevos inversores, sus promotores calculan que Betfair tiene un valor que oscila entre los 1.160 y los 1.480 millones de libras, o 1.600 millones si se emiten todas las opciones posibles.

Pero su salida a Bolsa es un asunto curiosamente silenciado. No se está recaudando capital nuevo y solo el 10% de las acciones está a la venta, pero no para los clientes que han hecho que la empresa valga tanto dinero.

Pese a los desastrosos estrenos de la tienda de comestibles en Internet Ocado y del fabricante de pizarras Promethean, Betfair podría estimular la imaginación de los inversores si estos hiciesen caso omiso del resultado bruto de explotación (EBITDA) del año pasado, de tan solo 44,7 millones de libras. El negocio principal ha obtenido 53,4 millones de libras de EBITDA, en comparación con los 69,7 millones de libras de 2008 y 2009, lo que refleja el coste de hacer que sus sistemas cumplan las normativas del abanico de territorios que Betfair quiere conquistar.

Parece probable que lo consigan. Cada vez más, los Gobiernos ven las apuestas como una muy necesaria fuente de ingresos fiscales, más que como un mal que debe erradicarse. La tecnología de Betfair, con un registro de operaciones incorporado, debería tranquilizar a jugadores y Gobiernos por igual. Los cálculos independientes de 100 millones de libras de EBITDA en 2012 no parecen exagerados.

LMAX, el sistema de intercambio que Betfair espera que haga por las operaciones con derivados a través de Internet lo que ya ha hecho por las apuestas, es mucho más difícil de valorar, y Betfair podría encontrarse con que es más complicado tratar con los operadores intradía que con quienes apuestan en las carreras de caballos. En el mejor de los casos, LMAX será un lastre para los beneficios durante algún tiempo.

Betfair es una rara gema británica en una red dominada por Estados Unidos, pero los compradores necesitarán fe, y deberán recordar que las acciones cuyo precio se fija como si fueran perfectas rara vez llegan a serlo. -

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