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Reportaje:Empresas & sectores

Los 'chicos malos' toman el mando

Los banqueros de inversión ganan peso en la dirección de los grupos financieros

David Fernández

¿Daría a un pirómano la jefatura de un cuerpo de bomberos? En el negocio bancario (salvando las distancias de la comparación) esta pregunta no parece tener una respuesta tan obvia. La crisis financiera que comenzó en 2007 ha provocado un revolcón sin precedentes en la industria. De los 52 principales bancos occidentales, el 67% (ver cuadro) ha cambiado a sus principales ejecutivos en los últimos tres años. Una parte de estos cambios fueron decididos por los Gobiernos que rescataron de la quiebra con dinero público a numerosas entidades, mientras que en otros casos el relevo llegó por la presión del mercado, movimientos corporativos o por simples cuestiones de edad.

La sorpresa no viene tanto por la profundidad de la revolución en la sala de mandos, inevitable en un sector que en este periodo ha registrado pérdidas por más de un billón de euros, ha tenido que ampliar capital por 350.000 millones y ha puesto en la calle a más de 300.000 personas en todo el mundo, sino por el currículo de las personas elegidas para pilotar la regeneración de un sector clave para la economía mundial. Los profesionales de áreas como la banca de inversión o las salas de trading, negocios donde, curiosamente, se ha situado el epicentro de la crisis financiera, han escalado a la dirección de muchas entidades, ganando la carrera por el poder a sus colegas de banca comercial o banca corporativa.

El 67% de los bancos occidentales ha cambiado de líder desde 2007
En el área de inversión se generan beneficios, pero también riesgos
Las nuevas reglas condicionarán la forma de hacer banca

Esta tendencia en el cambio de guardia bancario es más acusada en el mercado anglosajón. En el Reino Unido, por ejemplo, los recientes nombramientos de Doug Flint y Stuart Gulliver como presidente y consejero delegado (CEO, por sus siglas en inglés), respectivamente, de

HSBC, provoca que seis de los ocho mayores bancos del país queden en manos de ex banqueros de inversión. Flint tiene un largo historial como director financiero, mientras que a Gulliver le avalan sus resultados en el área de banca de inversión de HSBC, donde despuntó en Hong Kong como responsable del negocio de deuda y divisas.

A estos ascensos hay que añadir el de Bob Diamond en Barclays, quizá la quintaesencia del banquero de inversión y promotor de Barclays Capital. Diamond ingresó en la entidad británica en 1996 como responsable de la unidad de renta fija, y bajo su mandato la división de banca de inversión duplicó en 2009 sus beneficios. Diamond tendrá de pareja en Barclays a Marcus Agius, procedente de Lazard.

En Royal Bank of Scotland (RBOS), rescatado con dinero público, el viento sopla en la misma dirección. El nuevo presidente, sir Philip Hampton, es un antiguo banquero de inversión (en la omnipresente Lazard) y director financiero en diferentes plazas, entre ellas Lloyds. Por su parte, el CEO de RBOS, Stephen Hester, acumula una larga experiencia como banquero de inversión en Credit Suisse First Boston.

En Lloyds, la compra de HBOS fue un error muy caro: el Gobierno tuvo que intervenir la entidad, y el entonces presidente, Victor Blank, fue invitado a abandonar el cargo. Su sucesor, Win Bischfoff, es otro superviviente de la banca de inversión procedente de

Citigroup. En las últimas semanas se ha conocido que el CEO de Lloyds, Eric Daniels, dejará el puesto en breve. Aún no se sabe el nombre de su sustituto.

"El triunfo de los banqueros de inversión significa que estas enormes entidades están centradas en el control de riesgos, una decisión buena si tenemos en cuenta los desastrosos precedentes", explica en su blog Robert Peston, responsable de finanzas de la BBC. "Pero hay otras implicaciones no tan positivas. En primer lugar, su poca experiencia en banca comercial quizá les lleve a no tener el servicio a los clientes entre sus prioridades. Por otro lado, la ideología de la nueva clase dirigente está condicionada por sus vivencias en los últimos años de globalización financiera y la continua innovación, el uso de derivados, la erosión de las barreras entre banca comercial y de inversión... Es decir, para ellos la visión de la banca como un negocio complejo es algo normal, circunstancia que les llevaría a sentirse ajenos a aquellas voces que piden cambios y reformas", añade Peston.

"La elección de banqueros de inversión como CEO tiene todo el sentido", apunta a Bloomberg Tom Kirchmaier, de London School of Economics. "Es en estas divisiones donde se generan los beneficios y el riesgo. Las áreas de inversión se han convertido en los negocios más importantes de muchas, si no de todas, las grandes entidades", agrega.

"La triste realidad es que si has crecido en banca comercial, no tienes conocimientos de derivados y convertibles", argumenta Simon Maughan, analista bancario de MF Global en Londres. "El riesgo es que los banqueros de inversión vienen con un horizonte temporal nuevo, un perfil distinto y, por supuesto, unas expectativas salariales muy diferentes", según Maughan.

Entre los principales bancos estadounidenses también existen perfiles ligados a los mercados de capitales. En Citigroup, el elegido para sustituir a Chuck Prince fue Vikram Pandit, cuya procedencia es la jefatura del área de negociación bursátil en Morgan Stanley. También tienen pasado como traders dos supervivientes a la crisis como son los principales ejecutivos de Goldman Sachs Lloyd Blankfein y Gary Cohn, con experiencia en las salas de contratación de deuda y materias primas.

Al margen de estos nombres, es cierto que en Wall Street, quizá porque los cambios se hicieron en el epicentro de la crisis, no todos los relevos en las cúpulas han sido copados por banqueros de inversión. Bank of America, el mayor banco de EE UU por activos, eligió a Brian Moynihan, un antiguo abogado, para sustituir a Ken Lewis. En el caso de JP Morgan

está liderado por un profesional procedente del área de banca de consumo, mientras que Morgan Stanley sustituyó a John Mack por James Gorman, sin antecedentes como trader.

En Europa continental, dos de las principales entidades están dirigidas por profesionales de la banca de inversión. UBS fue rescatado del colapso por las autoridades suizas. El banco contrató al antiguo CEO de Credit Suisse Oswald Gruebel en febrero de 2009 como salvavidas. Gruebel, de 66 años y antiguo trader de bonos, contrató a su vez a más de 850 personas para reanimar la división de intermediación bursátil y de deuda.

En el caso de Deutsche Bank, que no ha necesitado ayudas públicas, su principal directivo, Josef Ackermann, también procede de la banca de inversión. En julio pasado, el banco alemán nombró a Anshu Jain como responsable único de toda el área de banca corporativa y de inversión, y su nombre suena como posible sustituto de Ackermann.

La llegada de estos profesionales a los puestos de dirección de las principales entidades mundiales se produce en un contexto de mayor regulación y transparencia. Ahí están los acuerdos del comité de supervisión bancaria con sede en Basilea para elevar los requisitos de capital, o la reforma financiera en EE UU.

"El cambio cultural en la forma de hacer banca no vendrá provocado por la personalidad de los nuevos gestores, sino por el análisis de la crisis financiera internacional y, sobre todo, por los cambios que se están produciendo en la regulación financiera internacional", opina Francisco Uría, socio del sector financiero del área legal de KPMG en España. "La modificación cuantitativa y cualitativa en los requerimientos de capital, y los nuevos ratios de liquidez y endeudamiento tendrán un efecto directo en el modelo de negocio", añade.

Esta opinión es compartida por Konrad Becker, analista de Merck Finck & Co. "Cualquiera que ha sobrevivido a la crisis financiera acumula una experiencia que será muy útil en los próximos años. Los bancos no van a volver al modelo de negocio de alto riesgo precrisis por el hecho de que estos directivos procedan del área de inversión. No será posible con la nueva regulación".

España va contracorriente dentro de un entorno de cambio generalizado en las cúpulas bancarias. El cambio más significativo ha sido el de José Ignacio Goirigolzarri como CEO del

BBVA. El ejecutivo vasco fue sustituido por Ángel Cano. También han vivido movimientos en el Banco Sabadell: la plaza que dejó vacante Juan María Nin (se marchó a

La Caixa) la ha ocupado Jaime Guardiola. "Entre las grandes empresas españolas solo he visto cambios importantes en el equipo directivo de algunas compañías como Telefónica o Repsol, pero no en el sector financiero. Los bancos han hecho piña para aguantar", explica Robert Tornadell, catedrático de finanzas de ESADE. Francisco Uría ve lógica esta estabilidad: "El sistema financiero español no ha sufrido una crisis equiparable a la de otros mercados. Las entidades de mayor tamaño han tenido un comportamiento muy positivo y no hubiera sido lógico que se hubiera producido un relevo".

En las cajas de ahorros sí que ha habido movimiento. A las destituciones en las cajas intervenidas (CCM y Cajasur) hay que añadir los cambios en Caja Madrid, Caixa Galicia y Caixa Catalunya, entro otras. Los expertos prevén, sin embargo, más cambios. "Los nuevos tiempos exigen direcciones fuertes, y en las fusiones frías o virtuales queda por determinar quién manda. Es difícil ver una dirección colegiada", según Tornadell. "El proceso de reestructuración en curso y la aplicación del nuevo régimen jurídico determinará que, a medio plazo, se produzcan cambios considerables. La tendencia dominante será la profesionalización de los órganos de administración de las entidades afectadas", concluye Uría. -

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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