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Reportaje:La lacra del dopaje

"Le van a crucificar"

Floyd Landis, despojado por dopaje del Tour de 2006, y Andy Schleck, segundo en el último, muestran su apoyo al español

Carlos Arribas

Al enterarse de la noticia, a Floyd Landis, que estaba apaciblemente desayunando en ese momento -nueve de la mañana en Geelong, sede de los Mundiales de ciclismo, una de la mañana en España, de donde salió el correo electrónico con el comunicado de Alberto Contador-, por poco se le atraganta el café. "Pobre Alberto", dijo, una vez repuesto, el ganador del Tour de 2006 al que tres días después le comunicaron que había dado positivo por testosterona. "Le van a crucificar. Ya se puede dar por muerto... Van a ir a por él sin ninguna compasión".

A Landis, que siempre ha proclamado su inocencia en ese caso -"tomé de todo, pero no testosterona", dice-, le quitaron la victoria del Tour y le suspendieron por dos años. Es el primer corredor despojado de un Tour por un asunto de dopaje. Desde entonces no hace vida de sí mismo.

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Peleando por su inocencia ante todo tipo de tribunales, Landis se arruinó. La obsesión acabó también con su matrimonio. Empezó a beber. Perdió sus amigos. Acabó como un proscrito viviendo en una cabaña en un bosque de California. De su crisis, que pensaba que acabaría convirtiéndole en un Pantani, como el corredor italiano al que en vísperas de ganar su segundo Giro un hematocrito elevado dejó fuera de la carrera, deprimido, cocainómano y muerto, salió Landis con una acusación y una confesión. Reconoció que toda su carrera se había dopado con todo tipo de métodos -transfusiones, EPO, hormona de crecimiento-, pero que lo suyo no era un dopaje individual, sino que se practicaba de manera generalizada en sus equipos, el US Postal que compartió con Lance Armstrong, y el Phonak. A raíz de sus denuncias, un investigador federal ha iniciado en Estados Unidos un expediente contra Armstrong y ha llamado a declarar a todos sus compañeros. De los conocimientos de Landis sobre el dopaje también se están aprovechando las autoridades deportivas y los científicos de la lucha antidopaje.

"Evidentemente, no puedo decir que me alegro por lo que le está pasando a Alberto", añadió Landis. "Por lo que yo pasé no se lo deseo a nadie en el mundo. Y quiero que Alberto sepa que cuenta con todo mi apoyo, que estoy con él". Andy Schleck, segundo en el pasado Tour, en el que concluyó a 39s del ciclista español, expresó su pesar a través de Twitter. "Espero que sea inocente, tiene derecho a defenderse", escribió el luxemburgués en la red social. "Qué día más raro para el ciclismo", concluyó.

Desde Estados Unidos, Greg LeMond, el tercer norteamericano que ha ganado el Tour y también enemigo de Armstrong, recapitulaba. "¡Qué extraño!", dijo. "Contador no es ni mucho menos el primero que da positivo al año siguiente de dejar el equipo de Armstrong. Ya le pasó a Heras, a Beltrán, a Hamilton, al propio Landis...". Podría haber recordado también, de todas maneras, que este año un compañero de Armstrong en el RadioShack también dio positivo y también por clembuterol. Se trata del chino Li Fuyu. Alegó contaminación alimentaria también, pero la UCI le impuso una sanción de dos años.

Contador, durante la conferencia en la que dio explicaciones tras su positivo.
Contador, durante la conferencia en la que dio explicaciones tras su positivo.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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