"Seguramente nos llevaremos el cable", dice una mosso d'esquadra a Blas Moreno. "Pero todo esto está registrado", le discute el chatarrero, que rebusca entre albaranes de color rosa que justifican el origen del cobre. La mosso se sienta y revisa los documentos que Blas, de 49 años, le muestra.
Si tendrá o no tirón en las listas de los socialistas catalanes está por ver, pero que arrasa cuando juega en casa está fuera de duda. Con cara de cansado, el ministro de Trabajo Celestino Corbacho se dejó querer ayer en L'Hospitalet, donde sumó casi 14 años de alcalde, y visitó la fiesta mayor del barrio de Bellvitge.
AGUSTÍ FANCELLI | Barcelona
'La biclicleta estàtica' reúne nuevos relatos del escritor sobre la cotidianidad
Los grandes del rock intentan capear la crisis del directo