La ONU denuncia la escasa ayuda a Pakistán

El Fondo Monetario Internacional (FMI) se disponía anoche a revisar las condiciones de su programa con Pakistán a consecuencia de las inundaciones. Mientras, Naciones Unidas seguía criticando la escasa respuesta internacional a la catástrofe, a pesar de que la ayuda ya está empezando a desembolsarse. Sobre el terreno, los representantes de sus agencias insisten en lo ingente de la tarea y las dificultades para llegar a todos los afectados. "Aún hay 4,8 millones de personas sin techo, pero lo más urgente es el agua potable", resume Maurizio Giuliano, portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Los expertos temen que pueda desencadenarse una segunda oleada de víctimas mortales si llega a desatarse una epidemia de cólera. De momento, las organizaciones humanitarias ya han atendido más de 200.000 casos de diarrea severa, otros tantos de enfermedades respiratorias y 263.000 de infecciones de la piel en las zonas afectadas.

Aún hay áreas inaccesibles por carretera y el responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Pakistán, Wolfgang Herbinger, ha pedido 40 helicópteros. El director de emergencias de Unicef, Louis-George Arsenault, se quejó de nuevo de "la falta de suficiente apoyo de la comunidad internacional". "Nuestra necesidad de fondos es gigantesca comparada con lo que hemos recibido, a pesar de tratarse de la mayor crisis humanitaria que hemos visto en décadas", declaró Arsenault a la BBC.

El 70% de los fondos

La ONU ha anunciado que ya ha conseguido el 70% de los 460 millones de dólares (360 millones de euros) que solicitó para la ayuda de emergencia. Con las ayudas bilaterales esos compromisos se elevan hasta los 800 millones de dólares. Sin embargo, a largo plazo la reconstrucción va costar hasta 15.000 millones de dólares, calcula el Gobierno. A la reparación de infraestructuras hay que sumar los daños en la agricultura. Solo en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Punjab hay 3,2 millones de hectáreas afectadas.

El FMI ha aceptado revisar el programa de rescate de 10.660 millones de dólares que firmó con Islamabad en 2008. El escenario más favorable para el Gobierno paquistaní sería que el Fondo abandonara el programa y le facilitara un generoso préstamo por desastre, lo que le evitaría tener que eliminar los subsidios a los alimentos y la energía.