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El conflicto en Afganistán

Karzai, contra la seguridad privada

El presidente afgano, Hamid Karzai, endureció ayer el pulso que mantiene con las compañías privadas de seguridad que operan en Afganistán, a las que acusa de haberse convertido en un centro de poder paralelo en competición con las fuerzas oficiales afganas. Un portavoz de Karzai informó ayer de que el presidente pronto anunciará una fecha límite para la disolución de todas las empresas privada del sector que trabajan en el país asiático.

El anuncio llegó tres días después de un duro discurso en el que el mandatario afirmó que su Gobierno "no puede tolerar estas compañías", cuyos empleados "trabajan en contra del interés nacional afgano". "Estos son ladrones de día y terroristas de noche", dijo el presidente refiriéndose a los empleados de las compañías. Karzai sostiene que el mercado privado sustrae recursos que podrían ser invertidos en la formación y desarrollo de las fuerzas de seguridad nacionales.

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Unas 40.000 personas trabajan en el floreciente sector de la seguridad privada en Afganistán. Las compañías registradas son 52 y ofrecen protección a convoyes de mercancías, sedes de instituciones internacionales y embajadas, hoteles, personal de ONG y empresas.

En mayo, las autoridades afganas sancionaron a las empresas Compass y Watan Risk Managment al considerarlas responsables de la muerte de civiles. Todo el sector sufre de pésima imagen en el país, al ser acusado de recurrir demasiadas veces a violencia injustificada.

Un ataque perpetrado ayer por dos terroristas suicidas mató a dos empleados afganos de la empresa de seguridad británica Hart. Otro guardia resultó herido en el tiroteo con los atacantes, que se produjo en un céntrico barrio de Kabul.

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La semana pasada, un incidente de tráfico que provocó la muerte de civiles y en el que estuvo involucrada una compañía privada contratada por el Gobierno estadounidense, desató disturbios en Kabul.

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