_
_
_
_
_
una de piratas
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

POLLASTRES

Claudi Pérez

La corrupción dista mucho de ser una rareza. Corre por las venas del sistema, salpica a concejales y ex ministros, extiende la desafección, el asco, la náusea, el desprecio por la política. Pretoria, Gürtel, Palma Arena, Filesa. Este Millet, saqueador y burgués confeso, ese Fabra de estética jesusgilesca, aquel Bigotes salido de una tira cómica. Incluso en los casos de caza mayor, con Sarkozy o Berlusconi en el asunto, surgen de la basura mangantes y cuatreros; pobres diablos, si se me permite. Principiantes, mequetrefes. Un pollastre escocés, el general sir Gregor MacGregor, deja a todos esos buitres como pajarillos. Untar a un concejal no tiene secreto, dada la cantidad de casos probados, pero engañar al todopoderoso mercado y salir airoso del envite requiere mucha industria. O tal vez los mercados no sean tan listos. Veamos.

Más información
El 43% de los españoles justifica el fraude fiscal en tiempos de crisis
El juez desestima el recurso del Fiscal para que el caso de las escuchas del Hércules llegue a Madrid

A principios del XIX, las colonias americanas se han independizado. Necesitan dinero: entre 1822 y 1825, Argentina, Brasil y todos los demás se plantan en Londres y emiten deuda en grandes cantidades. Entre ellos está nuestro MacGregor, antiguo miembro de la Royal Navy y ex mercenario de Bolívar. Se presenta como príncipe de Poyais, capital San José, tierra de "amplios bulevares, edificios coloniales y una espléndida catedral abovedada". Poyais, evidentemente, es un invento, pero el tipo les levanta 200.000 libras de la época a los inversores, un fortunón, más de lo que consiguen todos los países centroamericanos juntos. El pájaro vuela a París, sigue con el timo y le pescan: alehop, es absuelto. Regresa a Londres, sigue cazando incautos y solo al final huye a Venezuela, donde recibirá una pensión como general y morirá en su casa años más tarde. Vamos, que podría haber sido mallorquín o valenciano, por ejemplo, y ganar unas elecciones tan ricamente.

"Yo sé que todo es irreal, pero no sé cómo probarlo", decía Cioran. Con o sin pruebas, Roldán conserva un patrimonio millonario; no parece que la Gürtel, que se identifica con tres trajes y basta, vaya a restar votos al PP; Fabra sigue en la calle y apuesto a que vuelve a sacar el gordo de la lotería. "Todos los políticos son iguales" es una de las frases más odiosas del castellano, pero la bicha no afecta solo a los políticos. Ahí está ese esperpéntico veintipico por ciento de economía sumergida, el omnipresente "con IVA o sin IVA"; el empresario que contrata por 11 meses y despide al trabajador para ahorrarse las vacaciones; el patriotismo de las cuentas opacas en Suiza; el ascenso del Hércules... Y mejor no sigo porque, visto lo visto, como diría aquel zote que fue ministro y ahora defiende los aledaños de la Gürtel, ¡viva Poyais!

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_