Independentismo: mucho y dividido
- El soberanismo tiene el mayor apoyo de su historia, pero está atomizado - Los tres nuevos partidos alternativos a Esquerra buscan un acuerdo
El independentismo en Cataluña está más fuerte que nunca. Lo ratifica el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión catalán, que fija en el 24,3% el porcentaje de personas que apuestan por separarse de España, el más alto jamás registrado por este organismo oficial. El proceso del Estatuto ha ampliado el número de partidarios del soberanismo, y la sentencia del Tribunal Constitucional propició la mayor exhibición de músculo del movimiento: una manifestación de rechazo al fallo a la que asistieron centenares de miles de personas y que derivó en un clamor independentista.
Más fuertes, pero divididos. El electorado independentista tiene, a tres meses de las elecciones, cuatro partidos entre los que escoger. Tres de ellos, nuevos, buscan arañar votos de un coto tradicionalmente reservado a ERC -que según las encuestas registrará un fuerte descenso de votos- y en el que también busca mayor acomodo CiU. Las posibilidades de éxito de los grupos extraparlamentarios pasan por la unidad. ¿Están dispuestos a ello? De momento, no. Enfrascados en plena negociación, buscan el hilo común que les permita tener peso electoral. La idea central está clara: la independencia de Cataluña la debe proclamar unilateralmente el Parlament. Más allá de eso, la policromía de las opciones y, sobre todo, la fuerte personalidad y el afán de protagonismo de quienes lideran las formaciones dificultan el pacto.
El protagonismo de los líderes dificulta la confección de las candidaturas
"Liquidado el Estatuto, CiU ya no tiene proyecto", afirma López Tena
El más veterano de estos grupos, de apenas año y medio, es Reagrupament, una escisión liberal de ERC liderada por el ex consejero Joan Carretero que logró agrupar a republicanos descontentos, aunque en los conflictos internos han mermado su empuje inicial. De forma muy tardía, surgido hace apenas unas semanas, el proyecto que puede crearle mayor competencia: Solidaritat Catalana per la Independència, liderado por el ex presidente del Barça Joan Laporta y secundado por el ya ex diputado de ERC Uriel Bertran -acaba de renunciar a su escaño en el Parlament- y el ex consejero nacional de Convergència Democràtica (CDC) y ex miembro del Consejo General del Poder Judicial Alfons López Tena.
Solidaritat Catalana nació con la voluntad de sumar a todas las fuerzas catalanistas (incluidas CiU, ERC e ICV) y ha acabado como un intento de coalición que solo las negociaciones con el resto de las formaciones definirán. El tercer movimiento, con menor proyección mediática que los otros dos, es la coalición Suma Independència (SI), arropada por un manifiesto suscrito por personalidades relevantes (encabezadas por el ex presidente del Parlament Heribert Barrera), que agrupa pequeñas formaciones y plataformas.
Los tres movimientos se disputan un electorado que bucea por los partidos tradicionales. "CiU ha jugado al tacticismo, y ERC ha especulado demasiado con el independentismo", analiza Enric Canela, tradicionalmente ligado a plataformas soberanistas y miembro impulsor de la coalición SI. Reagrupament nació como una corriente interna de Esquerra y se escindió al perder la presidencia de la formación contra Joan Puigcercós. Rut Carandell, vicepresidenta del partido, censura el paso de los republicanos por el tripartito: "Se ha perdido el tiempo. Todo lo que ha pasado se ha producido a pesar de Esquerra", asevera. Alfons López Tena, de Solidaritat Catalana, añade: "Liquidado el Estatuto, CiU se ha quedado sin proyecto". El politólogo y profesor de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra Jaume López subraya el desgaste de los grupos con representación parlamentaria para hacer frente a las nuevas reivindicaciones de la ciudadanía: "Los partidos están atrapados en la contradicción de tener que posicionarse y gestionar el día a día con las actuales reglas de juego. El viraje hacia el independentismo de parte de la sociedad catalana no está siendo suficientemente representado en la oferta electoral de los partidos tradicionales".
Para López, basándose en el sistema electoral, la única opción para estos grupos es presentarse juntos a las elecciones: "El sistema electoral favorece a formaciones amplias que superen la barrera mínima necesaria del 3%. Por otra parte, los votantes de estas formaciones priorizan el objetivo independentista por encima de cualquier otra consideración ideológica", ilustra el jurista.
El pacto está complicado: Carretero tentó a Laporta durante meses y le guardó un puesto preferente en el partido, pero la respuesta del ex presidente del Barça, encabezar su propio proyecto, ha disgustado al líder de Reagrupament. Ambos andan enzarzados en una discusión que se resume en la confección de las listas. Reagrupament ya tiene sus candidatos, pero Solidaritat Catalana exige que sean los militantes los que definan las candidaturas. "Queremos hacerlo bien desde el principio. Hacer primarias. No queremos crecer sobre la base del reparto de cuotas y cupos", apunta Alfons López Tena, que relativiza la importancia de la unidad: "Estamos polarizados, que no divididos". SI, a la espera de un pacto entre los otros grupos, ofrece una coalición por cuotas: "Aquí hay un problema de liderazgo entre Laporta y Carretero", sentencia Enric Canela.
Los tres partidos siguen sentados en la mesa de negociaciones, con poco tiempo para llegar a un pacto. Tras la convocatoria de elecciones -todo indica que la fecha de los comicios se conocerá a partir del día 31-, las coaliciones tienen 10 días para formalizar su candidatura. A finales de agosto se resolverá el enigma de si el independentismo, más fuerte que nunca, logra ir unido a los comicios.
La tranquilidad de ERC
¿Esquerra tiene miedo de la competencia que se le avecina? A juzgar por las declaraciones públicas, no: "Nuestros sondeos dicen que quien deja de votar a ERC se va a la abstención", dice el portavoz de ERC, Ignasi Llorente. La formación ha rechazado pactar con los grupos soberanistas y en la campaña recordará que lleva 80 años defendiendo el independentismo y que es la única fuerza con representación parlamentaria. Sin embargo, el crecimiento del soberanismo impide que una sola fuerza reúna a todos los votantes. "Ha crecido tanto que es difícil que se pueda reunir bajo las mismas siglas", admite Llorente.
"No vemos al resto de grupos como una amenaza, sino como un hecho positivo que beneficia a los ciudadanos", añade el republicano. Según ERC, las nuevas formaciones llenan el hueco de la derecha independentista, cuyo granero de votos solo debe preocupar a CiU. "Muchos ciudadanos del centro-derecha independentista, que hasta ahora optaban por CiU o la abstención, ahora tienen una nueva marca electoral". Ante estas alternativas, CiU ha optado por realzar su perfil soberanista, aunque con ambigüedad, dejando su independentismo a la reivindicación del "derecho a decidir" de los catalanes.
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