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El PP convierte en nacional el debate sobre la presidencia en la Eurocámara

Andreu Missé

El presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se encontró ayer con menos de la cuarta parte de los eurodiputados en el debate final sobre la presidencia española de la UE de los últimos seis meses. Estas ausencias se vieron agravadas por el sesgo nacional que tuvieron luego la mayoría de las intervenciones de los eurodiputados españoles, especialmente agrias por parte de los representantes del PP.

A pesar de la granizada de críticas de diputados de su propio país, Zapatero salvó la sesión gracias a los apoyos del presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, ambos del PPE, quienes valoraron expresamente los avances de la UE en los últimos seis meses.

Las descalificaciones generales más duras procedieron de Jaime Mayor Oreja, jefe de los eurodiputados españoles del PPE, quien le reprochó su incapacidad para liderar una respuesta a la crisis económica europea. "Por los resultados de su política económica", dijo Mayor, "no estaba en condiciones de participar en el liderazgo de la solución, porque se había convertido en parte del problema". Su correligionario Luis de Grandes insistió en la misma idea: "Difícilmente podía liderar una empresa tan difícil quien ha colocado a su país en una etapa de incertidumbre y desasosiego".

"Actitud sectaria"

Zapatero sin referirse especialmente a nadie manifestó que buena parte de las críticas obedecía a que algunos diputados "echaban de menos el Parlamento español". Para el socialista Ramón Jáuregui, los diputados del PP mantuvieron "un comportamiento sectario más propio de un debate nacional que europeo". "No es que hayan apoyado mucho durante la presidencia, pero aprovecharon el último momento para incumplir el pacto".

Barroso fue muy explícito al manifestar su respaldo. "Quiero rendir homenaje a España", dijo, "y a su presidencia que ha sido muy positiva y acertada y ha tenido lugar en un contexto difícil". Buzek, por su parte, elogió también la cooperación de la presidencia con la Eurocámara destacando que "las presidencias rotatorias son ahora más importantes que antes" y que "la española ha sido un buen ejemplo para las presidencias siguientes".

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