"La mutilación es grave, muy grave"
Convergència i Unió ha visto como la sentencia del Estatuto ha sido una oportuna cortina de humo para esconder el caso de presunta financiación irregular del socio mayoritario de la coalición que estaba centrando la política catalana. Ante el fallo, CiU ha querido dar una imagen de máxima responsabilidad, y ha intentado combinar su crítica a José Montilla con los gestos y las imágenes de unidad catalana. No se ha ahorrado los reproches al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que ha amenazado con dejar sin apoyo en el Congreso hasta que acabe la legislatura. Ante la sentencia, CiU ha abandonado su habitual ambigüedad soberanista y ha abrazado el derecho a decidir como su objetivo a largo plazo.
Oriol Pujol, el portavoz de la formación en el Parlament, juzga los efectos del fallo: "La mutilación es grave, muy grave", estipula y señala que lo peor, más allá de lo recortado, es "el haber dicho no a la voluntad entera del pueblo catalán. Sin duda, va a ser respondido política, social y culturalmente. ¿Cómo? Pues actuando desde Cataluña con una fortaleza interior sin precedentes, actuando sin ninguna dependencia a ninguna fuerza política española, actuando con la astucia que Cataluña ha perdido durante estos últimos siete años y, sobretodo, con seriedad, mucha seriedad. Así Cataluña transitará hacia el derecho a decidir", alerta Pujol, que proclama: "Ni una ni 1.000 sentencias reprimirán el deseo y la ambición de más autogobierno de cualquier nación del Estado"
CiU cree que no solo se ha roto el pacto constitucional, sino que la sentencia "pone en evidencia el conflicto entre Cataluña y España". Pujol reta: "La situación aparece duramente expuesta sin caretas ni matices. Y eso es, sin duda, un problema para Cataluña pero también para España".
