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Las consecuencias del ajuste económico

El PP se inclina por abstenerse sobre la reforma laboral en el Parlamento

Los populares evitan detallar su alternativa y critican la huelga: "No es la solución"

Carlos E. Cué

Solo hay un tema en este momento en la agenda de todos los partidos: la reforma laboral. Y el PP, que reunió ayer a su cúpula en los llamados maitines de los lunes, concentró su análisis en una pregunta: ¿qué votarán cuando la reforma llegue al Congreso? Como sucedió con el plan de recorte del déficit, cuando el no del PP puso al Gobierno al borde del abismo -sacó la votación adelante por un solo escaño-, ahora de nuevo su posición será clave.

Tras la reunión de ayer, varios dirigentes coinciden en que lo más probable es que se abstengan. Sin embargo, nadie se atreve a descartar del todo el no o el . El primero sería muy criticado, pero con la patronal y los sindicatos muy enfrentados a este decreto y el Gobierno cada vez más rodeado, todas las opciones son posibles para avanzar en el objetivo principal del PP: intentar forzar al Ejecutivo a convocar elecciones anticipadas cuanto antes.

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En cualquier caso, el PP no quiere mojarse todavía porque considera que el Gobierno no ha puesto encima de la mesa todas sus cartas. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue muy crítica con el documento que les entregó el Gobierno -el mismo que se hizo público el viernes-. Dijo que la reforma contenida en ese texto "no va a crear empleo ni es buena para los trabajadores ni para los empresarios", y reprochó su indefinición. Los populares destacan que una de las grandes novedades de esa reforma, que ha animado a los sindicatos a convocar la huelga -la posibilidad de que empresas con sólo seis meses de pérdidas puedan acogerse masivamente al despido procedente, que permite disfrutar de 20 días por año trabajado de indemnización- es una propuesta que no está recogida en el texto que les enviaron. Por eso, antes de definirse quieren esperar a que en la reunión que hoy mantendrá Cristóbal Montoro con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, este aclare cuál será el texto definitivo de la reforma.

Los populares tampoco quieren dar a conocer con detalle un documento con sus propuestas alternativas. De momento no quieren quemarse y convertir sus ideas en el foco principal de noticia -y de crítica por parte de los sindicatos-. Aún así, de forma genérica sí señalan que echan de menos una profunda reforma de la negociación colectiva, para vincularla más a cada empresa -como reclama la patronal-, nuevos contratos para jóvenes -también una idea de la patronal- y cambios de calado en la formación profesional.

Así, el PP se colocó en sus posiciones más tradicionales, cercanas a la patronal, y aunque Cospedal insistió en defender su idea de que son el verdadero partido de los trabajadores, sí dejó muy claro que no apoyarán la huelga general anunciada por los sindicatos. "El PP no cree que una huelga general sea adecuada en este momento. Una huelga no soluciona la crisis económica ni la social".

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