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Kirguizistán pide ayuda a Rusia para contener los disturbios

El Gobierno de Kirguizistán reconoció ayer su impotencia para imponer el orden en el sur de esta república centroasiática y pidió ayuda militar a Rusia después de que continuaran los enfrentamientos en Osh y otras ciudades con fuerte minoría uzbeka. Los disturbios han causado 75 muertos y casi un millar de heridos.

Rosa Otunbáyeva, presidenta interina de Kirguizistán, declaró ayer que necesita "el envío de militares de otros países". "Si anteayer necesitábamos equipos y otros medios especiales para disolver a las partes envueltas en los enfrentamientos, ayer [por el viernes] la situación se desbordó", señaló la presidenta.

La presidenta kirguiza anunció también que había abierto la frontera con Uzbekistán para que los ancianos, mujeres y niños uzbekos pudieran pasar libremente a ese país. La aplastante mayoría de los muertos serían de nacionalidad uzbeka, según fuentes no oficiales. La apertura de la frontera ha sido recibida "con comprensión" por las autoridades de la república vecina.

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Rusia excluye mandar tropas por sí sola y ha dicho que el asunto se tratará con los otros miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, que reúne a países surgidos de la desintegración de la Unión Soviética.

Moscú no envía tropas

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En Moscú, la secretaria de prensa del presidente ruso, Natalia Timakova, dijo que de momento no se enviarán fuerzas de paz a Kirguizistán: "Es un conflicto interno y por el momento Rusia no ve condiciones para participar en su solución". El Kremlin está estudiando otras formas de ayuda por ahora, agregó.

"La decisión de enviar tropas a Kirguizistán solo se puede tomar de acuerdo con la carta de la ONU y después de consultas con la OTSC", declaró Timakova.

El vicejefe de Gobierno, Azimbek Beknazárov, señaló por su parte que "los efectivos de la policía, de los Ministerios del Interior y Defensa que fueron enviados al sur están cansados" y reconoció que aunque en Osh se implantó el estado de excepción y el toque de queda la situación es "muy compleja y tensa". Beknazárov pidió voluntarios para controlar la situación e informó de que esta madrugada ya había llegado a Osh un destacamento de 300 voluntarios integrado por veteranos de los cuerpos policiales y de la guerra de Afganistán.

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