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Reportaje:

Con ojos de CSI

La formación de técnicos especialistas permite detectar el amianto en los edificios y tomar las medidas más seguras

Son fibras microscópicas sin color ni olor, por eso el amianto es tan difícil de detectar a simple vista aunque se encuentre en más edificios, construidos antes de su prohibición en 2002, de lo que nos imaginamos. Es necesario saber dónde se encuentra y cómo manipularlo para evitar el riesgo de la exposición de este material cancerígeno. En España no existe una regulación específica para su control, ni un censo oficial de edificaciones con amianto aunque sí existen propuestas para realizarlo.

Siempre se ha pensado que las personas más expuestas a la inhalación de amianto eran las que trabajan en la extracción del mineral, sin embargo, son el personal de mantenimiento de los edificios y los trabajadores encargados de rehabilitaciones y derribos quienes más expuestos están. En este sentido, la formación y la especialización se convierten en herramientas indispensables para poder identificar los riesgos y actuar con seguridad. La empresa donostiarra Sematec, creada en 1997 por el grupo francés Apave, especialista en seguridad industria, y Tecnalia, es pionera en la formación de técnicos de amianto. En el curso que se celebrará en junio participarán, entre otros, aparejadores, técnicos en prevención y mantenimiento.

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Durante tres días, los alumnos reciben los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para detectar, manipular y tomar medidas en función del estado en el que se encuentre el amianto encontrado. "Es importante la especialización para saber dónde se encuentra el amianto en un edificio. No hay mayor riesgo que manipular una zona sin saber si hay o no", explica Arantza Zapata, técnico especialista de Sematec tras años de formación en Francia, para quien la curiosidad es una baza importante para que el técnico realice con éxito las inspecciones: "A veces nos comparan bromeando con los agentes de CSI pero es vital en este trabajo estar pendiente del detalle y estar abierto a encontrar cualquier elemento extraño".

Zapata incide en que es necesario adiestrar a los alumnos para que eviten también que la exposición del material se extienda a terceros utilizando herramientas específicas y métodos de trabajo. "Hay que tomar medidas para evitar la dispersión de fibras. Cuando más se manipula el amianto más peligroso se convierte", concluye.

El amianto es un tema tabú en muchas empresas por la polémica que suscita la muerte de personas con cáncer tras haber inhalado amianto. Cuando las empresas recurren a los especialistas en detección siempre piden confidencialidad aunque existe cada vez una mayor sensibilización sobre los riesgos inherentes al amianto. "Cuesta que el empresario reconozca si se ha trabajado con amianto en su edificio. Durante años se permitió el uso de este mineral por las ventajas que tenía en la construcción, por eso, las empresas tampoco tienen que culpabilizarse por haberlo utilizado. Aún así, hay miedo a las demandas e indemnizaciones", cuenta Martín Silva, director gerente de la Asociación para la Prevención de Accidentes (APA), que colabora junto a Sematec en la impartición de los cursos.

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En Francia y en Bélgica, que tienen desde hace diez años una legislación rigurosa en el control y detección del amianto, existe un fondo de compensación sin culpa para que las empresas se sientan mucho más libres a la hora de reconocer que hay amianto y poder hacer un censo. "Es importante hacer un inventario como en otros países porque tendríamos sobre la mesa el número de edificios tienen amianto y se podría prevenir muchos más", explica Silva.

En España no es obligatorio las inspecciones de amianto. "Lo único que contempla la ley es que si, por ejemplo, tienes un tejado de cemento amiantado, está permitido su utilización hasta su eliminación o el fin de su vida útil", explica Zapata.

Según Sematec el protocolo que se sigue cuando se detecta amianto en un edificio es ver cuál es la solución más segura para evitar su propagación. Desde dejarlo como está porque no supone un peligro, aunque necesite una supervisión periódica, a confinar el amianto, es decir, tapiarlo o por último, el desamiantado, que en muchos casos implica el derribo pero que si no se realiza en condiciones seguras puede implicar mayor riesgo que dejarlo como está.

El polvo letal

- Legislación. España prohibió en 2002 el uso de amianto. En países como China, India e Irán está aún permitido.

- Mayor impacto. Los grupos de edificios de mayor riesgo son los fabricados entre 1965 y 1985.

- Diferentes tipos. El 90% del amianto es de la variedad blanca (crisotilo) y el más peligroso es el azul (crocidolita).

- Dónde se encuentra. Aislamientos, falsos techos y cubiertas de fibrocemento.

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