Análisis:EL CÓRNER INGLÉS

'Arrivederci', Rafa

"Los fans estarán aquí la temporada que viene. Eso es lo único que nunca cambiará". Rafa Benítez, entrenador del Liverpool, esta semana.

El juego vistoso del Liverpool -ha habido partidos esta temporada en los que el equipo ha llegado a trenzar hasta cuatro pases seguidos- ha llamado la atención del fútbol italiano. El Juventus ha identificado a su entrenador, el español Rafa Benítez, como el hombre indicado para recuperar la gloria de antaño. Carlo Ancelotti, el técnico italiano del Chelsea, cree que la Juve acierta: "Estoy seguro de que Rafa puede triunfar en Ital...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"Los fans estarán aquí la temporada que viene. Eso es lo único que nunca cambiará". Rafa Benítez, entrenador del Liverpool, esta semana.

El juego vistoso del Liverpool -ha habido partidos esta temporada en los que el equipo ha llegado a trenzar hasta cuatro pases seguidos- ha llamado la atención del fútbol italiano. El Juventus ha identificado a su entrenador, el español Rafa Benítez, como el hombre indicado para recuperar la gloria de antaño. Carlo Ancelotti, el técnico italiano del Chelsea, cree que la Juve acierta: "Estoy seguro de que Rafa puede triunfar en Italia. Tiene una fantástica experiencia táctica". Sería una fantástica noticia para el Liverpool, a punto de concluir una de las peores temporadas de su historia y tan necesitado como la Juve de hacer algo, cualquier cosa, para poder volver a competir al máximo nivel.

El Liverpool ha jugado un fútbol cada vez más rácano. Eso, quizá, es lo que los italianos llaman "táctica"
Más información

Hablando en serio (es difícil, pero haremos el intento), ¿qué es lo que el Juventus ve de valor en Benítez? No es como si el español hubiese hecho gran cosa en el Liverpool. Va a acabar esta temporada en el sexto o el séptimo puesto en la Liga inglesa, igual que la Juve en la italiana, tras haber caído en la primera fase de la Liga de Campeones y haber quedado eliminado en la Copa inglesa en casa contra el Reading, de Segunda División. Desde su llegada al fútbol inglés, en 2004, su único, e indudable, gran logro ha sido ganar la Copa de Europa en una final trepidante contra el Milan en Estambul. Pero eso fue hace cinco años y desde entonces el club, lejos de lograr el mayor deseo de su fervorosa afición, ganar la Liga inglesa por primera vez desde 1990, ha ido a menos jugando un fútbol progresivamente más rácano. Eso, quizá, es lo que los italianos llaman "táctica" y lo que la Juve desea que Benítez injerte en su equipo.

Hoy puede que Benítez presencie su último partido como entrenador en el estadio de Anfield ante una afición que le ha sido inexplicablemente leal. El rival será el Chelsea y lo curioso, lo curiosísimo del caso, es que quizá por primera vez en la historia del club, y en la del propio Benítez, no está nada claro que el objetivo sea ganar. Es incluso posible que el mejor regalo de despedida que le podría hacer Benítez a sus fans sería plantear el partido de manera que el Chelsea tenga la victoria garantizada.

El Liverpool ya no tiene prácticamente nada en juego salvo el orgullo. No se va a clasificar para la Champions y ya tiene asegurado su puesto en la Liga Europa, de la que acaba de caer esta semana ante el peor Atlético que se ha visto en mucho tiempo. Pero la cuestión es si el orgullo de triunfar ante el potente Chelsea compensaría la angustia de asistir a la coronación del detestado vecino del noroeste, el Manchester United, como campeón de Inglaterra.

Si el Liverpool venciese hoy al Chelsea y el Manchester triunfara en los dos partidos que le quedan, el Manchester ganaría su cuarta Liga consecutiva. ¿Qué haría el Madrid si se encontrara en la misma situación que el Liverpool respecto a las posibilidades del Barcelona de ganar la Liga? ¿Qué es lo que desearía la afición? Seguramente, perder. Con lo cual el ambiente en Anfield promete ser muy extraño. Veremos un fenómeno desconocido en el entorno tribal de Anfield: la ambigüedad, en su máxima expresión. Querrán ganar al Chelsea, pero querrán caer derrotados; en sus corazones, querrán que su amado Rafa se quede, pero en algún lugar de sus mentes querrán que se vaya; querrán despedirse de él a lo grande, pero una ignominiosa derrota no les sentaría nada mal. Benítez tendrá el corazón dividido. No sólo porque, como ha repetido miles de veces, su primera lealtad en el Liverpool siempre ha sido a la afición, sino porque su necesidad profesional de ganar entrará en conflicto con la conocida antipatía que siente hacia Alex Ferguson.

El plato, tibio, está servido. Una derrota hoy, jugando lastimosamente mal, no sería la manera menos apropiada de que Benítez concluyera su etapa en el Liverpool y dijera arriverderci al fútbol inglés.

Archivado En