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"Señorías, la España real es plurilingüe"

El Senado acepta, con la oposición del PP, estudiar que se puedan hablar todas las lenguas en el Pleno

Pablo Ximénez de Sandoval

Miquel Bofill, senador por Girona, subió a la tribuna y marcó el tono del debate: "Gaur aurrerapen handi bat lortuko dugu, senatuan, hiritarren eta Estatuko lurraldeen hizkuntz aniztasuna isladatzeko ukera". Le costó un triunfo terminar la frase, que llevaba escrita. Luego lo repitió en gallego, sin poder evitar castellanizar algunas palabras. Después leyó de nuevo el texto, en catalán, mucho más relajado. Finalmente, dijo al Pleno del Senado: "Decía que hoy daremos un paso importante para conseguir que el Senado refleje la pluralidad lingüística de los ciudadanos y los territorios del Estado".

Sólo con el debate de ayer, ya se puede afirmar que nunca se han hablado tantas lenguas distintas durante tanto tiempo en una sesión de Pleno en las Cortes Generales. Lo que se debatía era empezar a tramitar una propuesta para reformar el Reglamento de la Cámara para que el uso de todas las lenguas oficiales sea normal en las sesiones, con un servicio de traducción simultánea. Se aprobó con los votos a favor de todo el Senado menos el PP y la senadora de UPN.

La socialista Leire Pajín hizo alarde de hablar cuatro lenguas

Se trata de una iniciativa "sin siglas" liderada por Bofill (ERC) pero presentada por 34 senadores de comunidades bilingües. Ninguno del Grupo Socialista.

Los argumentos a favor se basaron en que sería signo de normalidad, que los senadores ya hablan en sus lenguas en los pasillos, que así se reflejaría mejor España y que sería lo propio de una Cámara territorial. Los argumentos en contra se basaron en que es caro y "pintoresco".

Muchas veces utilizó ese adjetivo el senador madrileño Juan Van-Halen, del PP, en un extraño empeño en contestar a todos los grupos. "España no es un Estado plurilingüe", dijo en uno de sus argumentos, "son bilingües algunas de sus comunidades".

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Van-Halen explicó también que los senadores no representan a sus circunscripciones sino a todos los españoles, por lo que lo lógico es que hablen en la lengua oficial de todo el Estado. Consideró además "ridículo" que personas que se pueden entender se escuchen con auriculares. El PP calcula que la traducción no costaría 120.000 euros al año, como asegura la propuesta, sino más de un millón.

Estos fueron los argumentos. Aparte, el debate dejó gritos, protestas, quejas, acusaciones y dos momentos para las videotecas. El primero, Leire Pajín hablando en nombre del PSOE en euskera, gallego y valenciano. Pajín estudió en ikastola y desde niña ha vivido en Alicante. Ayer hizo alarde de que, al menos ella, no necesitará auriculares para entender a nadie. La discrepancia de fondo con el PP se evidenció cuando dijo: "Señorías, la España real es plurilingüe".

El otro protagonista fue Manuel Fraga, que sólo interviene en el Senado cuando tiene algo que puntualizar. Ayer pidió la palabra cuando el senador del BNG consideró que, porque Fraga fue presidente de la Xunta, era "insólito y lamentable" que votara en contra. "¡No le consiento a ese señor que me dé lecciones de nada! ¡Y mucho menos de galleguismo!", tronó el fundador del PP con un vigor juvenil muy comentado.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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