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Desafío en la Red

"Es injusto que traten de imponernos sus valores"

La prensa oficial china ataca al buscador y apela al nacionalismo - Temor a la reacción de los internautas

Adelantándose al esperado anuncio de la salida de Google, los medios oficiales chinos han lanzado en los últimos días una intensa campaña para desprestigiar a la empresa estadounidense ante la población. La agencia oficial Xinhua arremetió el domingo pasado contra Google por politizar el enfrentamiento y "acusar al Gobierno chino sin fundamento" al haber dicho que ha apoyado los ciberataques sufridos por Google desde China.

Pekín denunció que la empresa tecnológica tiene una agenda política y "no sólo quiere hacer negocios" sino exportar valores, cultura e ideas. "Es injusto que Google pretenda imponer sus propios valores en las regulaciones de Internet en China, que tiene sus tradiciones y cultura", afirma la agencia.

La noticia tiene impacto sobre los jóvenes y enrarece el clima inversor
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Xinhua también asegura que la empresa estadounidense está violando las normas internacionales. "Ningún país permite un acceso sin restricciones a contenidos en la Red sobre pornografía, violencia, juego, supersticiones, subversión del Estado, separatismo étnico, extremismo religioso, racismo, terrorismo, xenofobia", señala.

Pekín bloquea miles de páginas web, entre otros sobre Tíbet, Taiwan, derechos humanos O la matanza de la plaza Tiananmen en 1989. También impide el acceso a sitios como Facebook, Twitter o Yahoo, lo que le ha granjeado la ira de algunos internautas, que ven con desencanto el posible cierre del buscador chino de Google (google.cn).

Las críticas a la firma californiana se reprodujeron ayer en otros medios gubernamentales, que insistieron en que Google debe cumplir las leyes locales.

Duan Clark, director de la consultora BDA China, dijo que un funcionario de la municipalidad de Shanghai le había contado que los jefes de redacción de los periódicos chinos recibieron la semana pasada orden de hacer pasar el mensaje oficial; una práctica habitual del departamento de Propaganda del Partido Comunista Chino en crisis similares.

Aunque Pekín está intentando minimizar el impacto, el abandono de Google le supone un gran varapalo. Por un lado, hará plantearse a muchos jóvenes instruidos de la creciente clase media china cuestiones sobre su Gobierno. Por otro, elimina un elemento de competitividad, lo que, según algunos analistas, repercutirá en la velocidad de desarrollo de la industria local de Internet. En tercer lugar, enrarece el clima empresarial extranjero. Por último, el hecho de que una de las firmas tecnológicas más admiradas del mundo se vaya de China es una mancha para la imagen de un país que busca aumentar su influencia y prestigio internacionales.

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