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Un técnico eficaz que trabajó con todos

Los últimos jefes que tuvo -en el bipartito y en la actual Consellería de Cultura- alaban la eficacia de José Manuel Pichel Pichel, al que la juez que instruye el caso Retablo imputa los delitos de cohecho y tráfico de influencias y, según los investigadores, es la figura clave en la trama corrupta que operó entre 2003 y 2009 desde la Consellería de Cultura y el Xacobeo.

Durante las últimas dos legislaturas, Pichel fue el arquitecto que "conocía el Camino de Santiago como la palma de su mano", el que sabía de memoria las necesidades de cada albergue y el estado del patrimonio en las distintas rutas xacobeas. "Resolvía cualquier cuestión relacionada con el Camino", dice uno de dirigentes de la sociedad pública para los que trabajó. Por eso, su detención el pasado 14 de enero por la policía causó idéntica sorpresa entre los antiguos y nuevos gestores del Xacobeo.

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No tanta, entre algunos de sus compañeros de oficina que veían venir el escándalo desde hace años. "Lo manejaban todo a su antojo y sabíamos que este momento iba a llegar. Bastante tiempo ha tardado en saberse".

De carácter afable y con mucho don de gentes, según cuentan algunos de sus allegados, el propio Pichel se permite estos días hacer bromas sobre su condición de imputado mientras acude a su puesto de trabajo en la sede del Xacobeo. Pese a los graves delitos que la juez le imputa, ni en la Consellería de Cultura ni en la empresa pública se ha abierto, al menos de momento, investigación alguna sobre los expedientes que el técnico últimaba a mediados de diciembre.

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