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El fiasco argentino de Díaz Ferrán

La gestión desastrosa del líder de CEOE en Aerolíneas Argentinas se saldó con la expropiación de la empresa

Antes de que de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, dejara a Air Comet con trabajadores en la calle y viajeros en los aeropuertos, había sido incapaz durante siete años de revivir a Aerolíneas Argentinas del borde de la quiebra. En 2008, cuando la empresa perdía un millón de dólares por día (698.100 euros), se la expropió el Estado argentino, que ahora enfrenta un desequilibrio similar y una demanda de indemnización del grupo Marsans.

En 2001, cuando Aerolíneas casi no volaba por una crisis que la había llevado a suspender pagos, su propietaria, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la entregó a Marsans, de Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual, para que la resucitaran. Como bendición para semejante cruzada, les concedió 955 millones de euros. En 2006, el Tribunal de Cuentas de España denunció que ese dinero no se había destinado a lo pactado: pagar deudas, ampliar capital y comprar aviones.

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Marsans y su entonces socio, Antonio Mata, se dedicaron a adquirir la mayoría de las acreencias de Aerolíneas, para arreglar una quita de deuda. En 2008, entre la subida del petróleo, el tope a las tarifas que imponía el Gobierno de Cristina Fernández, las huelgas por reclamaciones salariales de los trabajadores y la falta de inversiones, Aerolíneas cayó en un déficit que sólo se cubría con dinero del Estado.

El portavoz de Marsans en Argentina, Jorge Molina, lo atribuye a que su grupo "fue estafado por compromisos verbales y escritos que el Gobierno argentino incumplió". Se refiere a alzas de tarifas, rebajas fiscales y al acuerdo firmado con el Ejecutivo para que un tercero independiente fijara el precio de venta de la línea aérea al Estado. Pero el Congreso votó que la reestatalización se basara en un precio determinado por el Tribunal de Tasaciones de la Nación, que valoró Aerolíneas en un peso, menos de 20 céntimos de euro, frente a los 330 millones de dólares que pretendía Marsans. El grupo español ha demandado a Argentina ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones.

Los sindicalistas argentinos no dudan en culpar a Marsans por el descalabro del que aún no ha salido Aerolíneas, pese a que la gestión estatal se ha beneficiado de un alza de tarifas, del abaratamiento del crudo y del dinero del Tesoro para aviones. El técnico Ricardo Cirielli recuerda que el líder de CEOE entregó la firma argentina con 800 millones de dólares de deuda, sin inversiones ni prestigio, en una crisis tal que había dejado de pagar nóminas y carecía de repuestos para aviones.

El piloto Jorge Pérez Tamayo vincula los descalabros de Aerolíneas y Air Comet: "Desde 2001, trataron de llevarse aviones de Aerolíneas para Air Comet. Además, Aerolíneas pagaba el combustible de Air Comet. Cuando volábamos a Madrid, volvíamos con neumáticos viejos porque los nuevos iban a Air Comet. Cuando Aerolíneas se reestataliza, Air Comet comienza a flaquear." Coincide el ex sindicalista y actual diputado de Nuevo Encuentro Popular, Ariel Basteiro: "Durante años Air Comet operó usando aviones, tripulantes y empleados de Aerolíneas".

Aviones de Aerolíneas Argentinas, en el aeropuerto de Buenos Aires.
Aviones de Aerolíneas Argentinas, en el aeropuerto de Buenos Aires.AP

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