La extraña alianza de Velilla

Unas pistas de tenis brillan flamantes, moradas y verdes, a unos metros del auditorio Mariana Pineda, adonde se trasladó ayer, ante la previsión de una afluencia de público extraordinaria, el último pleno presidido por el PSM en Velilla de San Antonio (11.200 vecinos). Esas pistas están en el corazón del enfrentamiento entre los dos partidos que gobernaban el Ayuntamiento hasta hace unos meses, el PSM (seis concejales) e IU (dos), y que ha dado el poder al PP (cinco ediles) tras una moción de censura apoyada por IU.

Frente a más de 500 personas pateando las gradas, entre aplausos, silbidos e insultos, Antonio Montes, ex concejal de Deportes de IU, expuso ayer de nuevo sus razones para un pacto sorprendente. Montes acusa desde hace más de medio año a sus antiguos compañeros de gobierno socialistas de haber encubierto un desfalco a las arcas públicas desde la empresa concesionaria de las clases de tenis municipales, dirigidas por una militante del PSM. La disputa en el seno de la coalición derivó sucesivamente en la expulsión de Montes del Consistorio por "deslealtad"; en la exclusión de la otra concejal de IU, Juana Balas; la creación para investigar el caso de una comisión que la hasta ayer alcaldesa, Dolores Agudo, denunció por ser ilegal al estar presidida por Montes en lugar de por ella; y en la final moción de censura.

Más de 500 personas pateaban, entre aplausos, silbidos e insultos

Un edil de IU acusa a los socialistas de encubrir un desfalco

Un socialista llegó a lanzar un puñado de monedas a los izquierdistas

"No lo entiendo, no lo entiendo", es lo único que decía la regidora

El auditorio de Velilla rugió durante la hora y media larga que duró el pleno. PP e IU revocaron a Dolores Agudo y proclamaron a Julio Sánchez (PP) nuevo alcalde. "Traidores", "vendidos" gritaban los partidarios del PSOE a sus antiguos socios. Muchos se acercaron al pleno con carteles contra los dos ediles, e incluso el ex diputado regional del PSM Eduardo Sánchez Catel llegó a lanzar un puñado de monedas a Montes y Balas.

A la salida, partidarios de uno y otro bando esperaban a los suyos para vitorearles, y a los ajenos para abuchearles. "No lo entiendo. Yo no lo entiendo", es lo único que acertaba a decir la alcaldesa saliente. En el pleno fue más explícita: "¿Cuál es la justificación

[para una moción de censura]? ¿Que si una empresa de servicios nos ha engañado? Nadie me lo ha demostrado. Pues eso es muy fácil: se echa a la empresa de servicios, y no a la alcaldesa".

Montes y Balas aseguran que ya es demasiado tarde para detenerse en la sociedad responsable de los cursillos de tenis. "No han querido reaccionar antes a pesar de que hace meses que saben lo que se oculta ahí, y nosotros hemos recibido muchas presiones para callarnos", protestaba el concejal con la barbilla temblorosa por la tensión.

Juana Balas queda como teniente de alcalde de la nueva coalición PP-IU, una asociación que el propio secretario general del PP, Francisco Granados, asistente al pleno, definió como "anacrónica o extraña", pero que justificó por la necesidad de limpiar el Ayuntamiento.

Ése es el mismo razonamiento de Montes: "Hemos votado a Julio Sánchez y al PP, pero no es a ellos a quien realmente apoyamos. Apoyamos la investigación del Ayuntamiento". Tanto los concejales de izquierda como los de derecha aseguran que su primera medida será contratar una auditoría para revisar las cuentas municipales. Entretanto, ayer descendieron de la tarima del auditorio juntos. Julio Sánchez sonriente, preparado para recibir los vítores que le esperaban; Montes circunspecto, caminando sobre las monedas que nadie recogió del suelo.