El cerco legal contra Fèlix Millet se estrecha. Las conclusiones de las dos auditorías presentadas anteayer revelan que el ex presidente del Palau desvió para su uso particular 2,95 millones de euros procedentes del consorcio, lo que supone una actuación de manual para acusarle de malversación de caudales públicos, según fuentes judiciales.
Una cosa es planificar y otra, muy distinta, ejecutar. Y justamente la ejecución es lo que ha fallado en el convenio de equipamientos de servicios sociales que en 2005 firmaron el tripartito de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.
La crisis tiene diferentes recorridos. Uno es el de las autopistas. En los nueve primeros meses del año, sólo una concesión ha registrado aumento de usuarios: el túnel del Cadí; el resto presenta cifras negativas, especialmente en lo referente a los camiones.
Un camarero asalta a turistas y autóctonos con un menú en la mano. Grita que tiene paella, pescado y marisco. Y así hasta 30 veces a lo largo del paseo de Joan de Borbó. La Barceloneta sigue oliendo a mar, a sal, y al recuerdo de los marineros que se instalaron en este rincón de la ciudad a mediados del siglo XVIII, pero la fisonomía del barrio ha cambiado y también su ambiente.