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Entrevista:KIRMEN URIBE | Premio Nacional de Narrativa

"Soy poquísimo castizo en tema vasco"

Pregunta. ¿Cómo engañó al jurado para que le dieran el premio?

Respuesta. Creo que les gustó la obra porque plantea una forma abierta de novela, que no es convencional, y al tiempo habla de gente real, de la calle.

P. Se declaró "sorprendido" por el galardón. ¿Es que tiene el ego bajito?

R. No. Me declaré sorprendido porque había muy buenas novelas este año. Sorprendido, pero muy orgulloso y muy contento.

P. No estará mal visto en su pueblo porque el premio se llame nacional, así, tan español.

R. No sé [risas]. Yo lo que veo es que la gente me felicita. Habrá algunos que no me saluden.

P. Veinte mil euros. Espero que se pague unos potes.

R. Como dicen mis amigos que están en el ERE, los 20.000 euros son para llenar huecos. Pero vamos, los vinos me los pago. Cíteme.

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P. ¿Cree que le han premiado porque va de no alineado, aunque escriba en euskera?

R. Me gusta lo que decía Edward Said: que el escritor tiene que ser independiente y crítico. Como el barón rampante de Calvino, que está por encima de los árboles mirando lo que pasa.

P. ¿Y usted qué ve, cuando rampa por su entorno?

R. En Euskadi veo un país moderno, donde la gente quiere convivir y vivir en paz.

P. Tiene un aire a Arnaldo Otegi. ¿Eso es bueno o malo?

R. Me lo han dicho. ¿Bueno o malo? Según quien lo diga. A mí... me gusta el Otegi que intentó el proceso de paz. Ése sí.

P. ¿Es usted el poeta de cabecera del lehendakari?

R. Habría que preguntárselo a él. Creo que tuvo un detalle leyendo un poema mío en la investidura. Y leyéndolo junto a una poeta excelente, como es Szymborska. La idea de que un político lea poesía me gusta.

P. ¿Ha hecho ya algún soneto a la magnificencia y esplendor de Patxi López en Ajuria Enea?

R. No, todavía no [ríe]. Estamos en ello.

P. En su novela premiada, Bilbao-New York-Bilbao, se convierte en personaje de la obra. ¿Quiere ser el ajo de todos los pil-piles?

R. No. Pero sí soy el que miro la realidad. Y creo que es importante esa mirada del autor.

P. En su faceta de autor de literatura infantil, ¿le hubiera gustado escribir Caperucita?

R. No, porque me parece que es bastante reaccionario. La imagen de la mujer ha cambiado muchísimo. El que escribiría a gusto es Peter Pan.

P. No me diga que se niega a crecer.

R. La verdad es que me metí en esto de la literatura para no entrar en el mundo de los adultos, para seguir siendo un poco adolescente.

P. Los adolescentes no tienen las cosas nada claras.

R. Yo tampoco.

P. ¿Y eso que hace de la fusión entre música y literatura? ¿No le iría más la comedia musical?

R. Pues ya me gusta la comedia musical, ¿eh? Pero no me veo en eso.

P. ¿Cuál sería el West side story vasco?

R. En mi novela hay una escena en la que dos chicas como de 10 años están cazando mariposas con una sábana: una es vasca y la otra de Senegal. Y las dos hablan euskera. Acaban cazando la mariposa, pero no la matan.

P. ¿Y cuál sería aquí El otro lado de la cama?

R. Ésa ya es más difícil [risas].

P. No avalará la escuela de pensamiento que sostiene que, en Euskadi, mucho de boquilla y poco de rematar.

R. Bueno, hay de todo. Yo creo que también rematamos. Pero ya nos cuesta... Como al Athletic meter goles.

P. ¿Qué poema haría a Basagoiti?

R. Pues uno hablando del Athletic, y con métrica vasca. Le veo muy vasco. Es algo que admiro de él. Piensa en el país y lo ama.

P. ¿Y el poema que le haría a Urkullu?

R. Le hablaría de aquí y de Nueva York. Pero serían unos versos más ligeros. Para que se anime un poquito.

P. ¿La política le da grima?

R. Lo que me da grima es que la coyuntura política nos desborde tanto. Y normalmente, en el País Vasco sobre todo, suelen querer que tú vayas un poco a su lado. Y yo, como he sido insumiso, no me veo debajo del paraguas de ningún grupo político.

P. ¿Por qué se cree al margen de La Bronca, con mayúsculas?

R. Porque lo intento. Como la mayoría de la gente que vive en este país. Pero es muy difícil. Te quieren ligar a un partido político, a una ideología, a una persona. Y si no cuajas en la visión que tienen de ti, se mosquean.

P. ¿Cree que está el patio para pasarse el día sonriendo?

R. No. Pero procuro ver siempre el lado positivo de las cosas.

P. ¿Pero de qué se ríe, si no es mucho preguntar?

R. De todo. Creo que riéndose de las cosas los problemas se vuelven más pequeñitos.

P. Le encuentro poco castizo en tema vasco.

R. Soy poquísimo castizo.

P. Veamos: ¿si le digo txapela o árbol de Guernica..?

R. Con la txapela me acuerdo de mi abuelo, que estaba muy guapo con ella. Y lo que me gusta del árbol de Guernica es que sea un árbol. Que los vascos adoren a un árbol. Me parece un concepto muy ecológico.

Kirmen Uribe, en Bilbao.
Kirmen Uribe, en Bilbao.SANTOS CIRILO

Perfil

Tiene 39 años, y está con su premio literario como niño con zapatos nuevos. Cuenta que, desde 2003, en que fue por primera vez a Nueva York, ha cambiado como persona, y que ahora es "menos de la patria chica y más global". Se le ve enamorado de la modernidad, el diseño y el arte. Le gusta leer, el cine y la música: indie y pop, "como a Patxi" [López]; clásica, para escribir novela, y rock, para la poesía. Dice que cocina bien y que baila fatal.

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