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La crisis en Galicia se ceba más con la industria que con la construcción

El ladrillo restó un 0,3% al PIB frente al 1,6% de las fábricas y el 2% de la energía

María Fernández

El descalabro económico que ha hecho temblar a todo el listado de las páginas amarillas no se reparte por igual entre las distintas ramas de actividad de la economía gallega. Ni siquiera en el tiempo. El Centro de Investigación Económica y Financiera de la Fundación Caixa Galicia (CIEF), que ayer publicó su extenso informe sobre la economía en 2008, pone negro sobre blanco en una crisis que, por encima de todo, es "de dimensión industrial" en la comunidad autónoma, aunque no por eso sea inmune al brusco frenazo de la construcción y del sector servicios. El ladrillo apenas restó un 0,3% al PIB frente al 1,6% de la rama industrial o el 2% de la energética. Y todo ocurrió en la recta final del año.

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Aunque las percepciones de los empresarios reflejadas en encuestas de coyuntura ya avanzaban a principios del año pasado el temor a una brusca caída de la demanda, el estudio destaca un hecho objetivo: la producción en las fábricas no se resintió hasta el último trimestre. "Entre enero y septiembre, el grado de utilización de la capacidad de las fábricas fue elevado, y se mantuvo en los porcentajes de 2007". Es decir, que en el verdadero comienzo de la actual crisis, la industria no se dio por aludida y continuó trabajando entre el 81% y el 89% de su capacidad. Y eso pese a que más de dos tercios de los empresarios gallegos encuestados sabían en enero que la evolución de la demanda de sus productos no les permitiría mantener su nivel normal de fabricación.

Ese optimismo desaforado también se vio reflejado en las estadísticas de presentación de concursos (antiguas suspensiones de pagos). Mientras las constructoras gallegas comenzaban a anunciar quiebras, la inmensa mayoría de las empresas instaladas eludieron caer en situaciones límite, "aunque eso no excluye escenarios de falta de liquidez o de pérdida de empleos", señalan los expertos de Caixa Galicia.

La automoción tuvo mucho que ver. El sector gallego del motor dejó de fabricar más de 100.000 vehículos y su facturación retrocedió en 8.400 millones de euros, lo que supuso la pérdida de más de 20.000 empleos. Pero el goteo de Expedientes de Regulación de Empleo y ajustes de producción no comenzó hasta el otoño, lo que obligó a la Xunta a inyectar en vísperas de Navidad casi siete millones de euros para que 8.000 trabajadores no se fuesen a la calle. El dinero para evitar los ERE se repartió a cambio de cursos de formación internos sin que las sociedades receptoras ofreciesen ninguna garantía de que iban a mantener sus plantillas a medio plazo. Después llegó el plan de rescate del Ministerio de Industria, al que Galicia optaba con 40 proyectos para reforzar el tejido industrial en los próximos años. Desde la óptica del CIEF, resultó muy significativo que PSA "viese aprobadas la totalidad de sus solicitudes", cuando realmente el fondo fue concebido para favorecer a la industria en su conjunto, incluida la auxiliar.

Las expectativas del lobby de componentes, que emplea a 25.000 personas y que fabrica el 80% de las piezas de los coches de Citroën, se vieron completamente defraudadas. Por medio se colaron deslocalizaciones, como la de la empresa Prevent, fabricante de fundas para asientos, o Draka Cables, que antes de Navidad despidió a 100 personas para trasladar la producción a Marruecos.

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Para entender el lento aterrizaje de la crisis también hay que echar mano de otros sectores, como el textil. La radiografía de la confección destaca las "obvias dificultades afrontadas por Adolfo Domínguez, por no hablar de otras empresas como Roberto Verino, Caramelo o Unicén". Los problemas de todas ellas se pusieron de manifiesto entre la recta final de 2008 y el comienzo de este año, lo que también dio lugar a la intervención de la Xunta. Con todo, la industria gallega sufrió menos que la española, lo que mejoró su posición relativa.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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