Fachadas invisibles
"En el Eixample", escribe la lectora E. B., "existen infinidad de bellos inmuebles modernistas que, supongo, para evitar el peligro de algún desplome, cubren sus fachadas con unas mallas que, en principio, fueron de color verde, pero como las dejan colocadas meses y meses y años, finalmente están de un sucio color negruzco. ¿Hasta cuándo permanecerán estas mallas en los edificios?". Y añade: "La misma pregunta se puede hacer con los andamios. Veamos un ejemplo: en un edificio magnífico en la calle de Mallorca, entre Bruc y Roger de Llúria, lado mar, hay un par de andamiajes a ambos lados del mismo, ¡y hace dos años! Pregunta: ¿El gobierno de nuestra heureuse ville no tiene alguna ley que regule el abuso de los casos que expongo?".
El edificio al que se refiere la lectora se halla situado en la calle de Mallorca de Barcelona. El Ayuntamiento le reclamó el 24 de octubre de 2007 que protegiera la fachada, que en algún punto amenazaba desprendimientos. Los vecinos solicitaron la licencia de obras en noviembre de 2008, licencia que está concedida, aunque los trabajos de reparación no han empezado aún.
Un portavoz del distrito responde a la pregunta de la lectora: "La normativa no impone límites para las reparaciones, especialmente en casos como éste, en el que el carácter del edificio exige una actuación compleja y se comprende que sea meditada". Habitualmente, se reclama a los vecinos que actúen y se efectúa un seguimiento para comprobar que lo hacen. Si se aprecia pasividad, se procede a sancionar a los propietarios del edificio, sea un particular o una comunidad. Sólo falta decidir cuándo empieza la pasividad.
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