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Crónica:Mundiales de Roma
Crónica
Texto informativo con interpretación

La España de los emigrantes

Wildeboer y Muñoz, que se entrenan en el extranjero, sellan los mejores Mundiales del equipo

Diego Torres

Aschwin Wildeboer y Rafa Muñoz, dos nadadores que emigraron para entrenar fuera de España, han brindado al equipo español los mejores resultados de su historia en unos Mundiales. La versatilidad de Wildeboer, capaz de nadar a la velocidad de los mejores en las tres finales de espalda, y la confirmación de Rafa Muñoz como un superclase en las dos pruebas cortas de la mariposa, han servido para que la federación justifique ante el CSD las ayudas históricas que está recibiendo. Al menos para empezar, los números de la reunión de Roma avalan la mayor apuesta que ha hecho el Gobierno en una federación en los últimos años.

Los pobres resultados del equipo español en las carreras de natación en Atenas 2004 preocuparon al secretario de estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Desde entonces, el CSD ha incrementado las inyecciones de dinero a la federación. Sobre todo este año. La puesta en marcha de un proyecto ambicioso a partir del verano pasado, que incluye la contratación de un nuevo director técnico, tres nuevos entrenadores, un fisiólogo y un biomecánico, así como la destitución de ejecutivos y técnicos de la anterior etapa, han supuesto una inversión pública histórica. Según Lissavetzky, la federación de natación es la que más ayudas recibe, gracias al aumento de la subvención en "un 25%". Preguntado por la cifra exacta de dinero que percibe su federación, el presidente, Fernando Carpena, se mostró dubitativo: "Creo que ronda los cuatro millones de euros". Sea como fuere, Carpena y su amigo, el nuevo director técnico Luis Villanueva, son el equipo de dirigentes que más respaldo público ha recibido en la historia de la natación española. Como es lógico, la lectura que hacen de los Mundiales es positiva. "Son los mejores Mundiales de la historia de España", aseguró ayer Villanueva. Para apoyarlo, expuso datos objetivos. España pasó de participar en dos finales en Melbourne a meterse en nueve en Roma. La actuación de Erika Villaécija, Marco Rivera, Rafa Muñoz y Aschwin Wildeboer lograron una presencia inédita de españoles en las finales. También fue el Mundial en el que España consiguió más medallas: tres en total. Dos de Muñoz y una Wildeboer.

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Los funcionarios del CSD y de la federación valoran su propio trabajo exhibiendo resultados alentadores. Sin embargo, hay datos que invitan a la prudencia. Primero, en Melbourne 2007, el equipo contó con 11 participantes de los cuales ocho recortaron sus marcas. En Roma, esto no ha mejorado. De los 16 participantes, sólo seis mejoraron sus marcas. De esos seis, la mayoría se entrenan fuera del control directo de la federación. Los dos medallistas, aunque empezaron su formación bajo el ala federativa, experimentaron su gran salto de calidad cuando se marcharon. Wildeboer se entrena con el grupo de elite de Dinamarca, y Muñoz en el Círculo de Nadadores de Marsella. Ambos decidieron alejarse de la esfera de la federación el verano pasado.

Para juzgar a la nueva apuesta del CSD habrá que esperar. Queda por ver lo que hacen los nuevos gestores de la federación con los grupos de nadadores de elite que se entrenan en España, su reparto, y su eficacia para producir competidores que, con vistas a 2012, peleen por medallas en los Juegos. El caso de las mujeres ha sido penoso. Erika Villaecija, que hizo el récord nacional de 1.500 con la ayuda del nuevo bañador, no logra subir el último peldaño de la elite en los 800. El caso de Mireia Belmonte es más doloroso. La chica de Badalona, que tiene 18 años y se entrena bajo la supervisión directa de la federación, es la mejor nadadora española. Lo dicen los resultados. Es la plusmarquista mundial de 400 metros estilos en piscina corta y la campeona de Europa de 200 estilos. Su talento, juventud, y carácter, la convierten en un patrimonio digno de cuidado especial. Pero Villanueva no lo ha entendido así. El fracaso de Mireia revela el principal error del director deportivo, más pendiente de sus rencillas con Carlos Subirana, el entrenador de la nadadora, al que apartó del equipo, que de las necesidades de la muchacha. "Con mi entrenador me habría sentido mejor", ha repetido Mireia en Roma. A esto, Villanueva ha respondido responsabilizando a la nadadora: "Mireia ha nadado mal y la razón no es que no tenga a su entrenador aquí. Ha llegado mal de forma y su actitud en las pruebas no ha sido la adecuada".

"Mireia tiene la mentalidad de una niña de 15 años", dijo ayer en Roma el italiano Mauricio Coconi, el director técnico de España en los Juegos de Pekín. "Por eso necesitaba a su entrenador". Coconi, que promocionó a la nadadora durante sus años al frente del cuerpo técnico de la federación, fue despedido el año pasado por Carpena con el apoyo del CSD. Ayer, en Roma, el técnico italiano acusó a Villanueva de conspirar en la sombra para ocupar su sitio, llegando incluso a boicotear la preparación del equipo para los Juegos de Pekín. La participación española en China estuvo marcada por la desintegración del equipo, plagado de técnicos rebeldes y de nadadores en busca de coartadas. Coconi, al que todos señalaron como el principal culpable, dice ahora que fue sistemáticamente desautorizado desde el CSD. Fuentes del CSD negaron este extremo. Villanueva, que hasta enero era supervisor del CSD, lo desmintió acalorado: "Coconi es el hombre que hundió a la natación española y lo que dice es absolutamente falso. Yo, en el CSD, nunca me ocupé de la natación. Sólo de piragüismo, remo, voleibol y badminton".

Mireia Belmonte en una carrera de 400 estilos.
Mireia Belmonte en una carrera de 400 estilos.AP
Wildeboer en los 50 espalda.
Wildeboer en los 50 espalda.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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