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Los argentinos, mejor en su casa

Soledad Gallego-Díaz

La celebración del Día de la Independencia, ayer jueves, permitió a los argentinos apuntarse a un largo puente y someterse, en parte, a la petición de las autoridades de que se autorrecluyan, como fórmula para intentar atajar la progresión del virus H1N1 y el contagio de la gripe porcina. El cierre de los teatros y la suspensión de todo tipo de conferencias, exposiciones y actos públicos ayudó a los porteños a quedarse más en casa, aunque ayer jueves las terrazas de los cafés estaban llenas (el invierno sigue siendo muy benigno) e incluso en los restaurantes se apreciaba un buen número de clientes. Las autoridades sanitarias insistieron a lo largo de todo el día en que el puente no debía aprovecharse para realizar viajes, lo que ayuda a descontrolar más la epidemia. En las estaciones de autobuses y trenes se observó un tráfico considerable, aunque menor.

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Fuentes de la gobernación de la provincia y de la capital aseguraron que empieza a bajar la presión sobre los hospitales, aunque las agrupaciones médicas no lo confirman. Oficialmente, Argentina reconoce ya más de 80 muertos por la gripe porcina y en los últimos días ha agilizado la dispensación de antivirales, sin esperar la analítica del paciente con síntomas claros.

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