El futbolista silencioso

Dejó a los amantes del fútbol boquiabiertos al firmar el 2-1 para el Valencia en el encuentro contra el Barcelona, uno de los partidos más bellos e intensos vividos en Mestalla esta temporada. Se apoderó del balón y, tras una pared con Mata, encontró una rendija entre Puyol y Alves por la que plantarse cara a cara ante Valdés, que perdió el duelo.

Pablo Hernández, de 24 años, coronó su progresión en el Valencia con un gol excepcional. "Una pared y una finalización brillantes", recuerda Juan Carlos Carcedo, segundo de Unai Emery. "Fue un partido muy bonito y un gol muy importante para mí", recordó ayer Pablo, recién llegado a Las Rozas.

Aquel duelo terminó en tablas. Pero Pablo, silencioso y discreto, confirmó su genial calidad como futbolista tras una campaña en la que sufrió más de lo debido. "Es introvertido y le ha costado entrar en la dinámica de un gran club", añade Carcedo. Si bien tampoco Emery se lo puso fácil. El de Onda (Castellón) pensó que el técnico no confiaba en él. No completó un partido hasta el pasado 22 de marzo. Y fue gracias a la baja de Joaquín, a quien terminó por ganarle el puesto en el once.

"Sé que el fútbol cambia de un día para otro. Y así se ha demostrado", dice Pablo, que afirma llegar con mucha confianza tras un excelente final de curso. El Valencia pagó al Getafe un millón de euros para recuperarlo el verano pasado. Formado en el Castellón, pasó su adolescencia en la escuela del Valencia, que le cedió al Cádiz y luego le vendió al equipo madrileño con una opción de recompra. Era tal la alegría del jugador por regresar al Valencia que le prometió a su representante, Mario Parri, un Ferrari si cerraba el trato. El acuerdo duplicó sus expectativas.

Su frescura, su explosividad, su velocidad y sus cambios de ritmo le han valido el reconocimiento en el Valencia y la llamada de Vicente del Bosque. Para él, claro, es un sueño. A diferencia de su amigo Mata, nunca ha jugado en las categorías inferiores de La Roja. "Es el premio a un jugador joven, que se lo ha trabajado mucho, pues ha tenido una dura competencia", dice Carcedo. Su competencia ha sido Joaquín, a quien admiraba e intentaba imitar desde niño cuando aquél, cuatro años mayor, jugaba en el Betis.

Son jugadores de un corte similar. Dos extremos puros de características físicas y una técnica parecidas. Aunque Pablo es algo más rápido y mucho más constante. "Es un jugador muy habilidoso y con gran velocidad, con el balón y sin él", añade el preparador físico del Valencia, Miguel Villagrasa. Además, tiene facilidad para el gol. Ha marcado cinco tantos: tres en la Liga, uno en la Copa y otro en la Copa de la UEFA. Físicamente, siempre ofrece muy buen rendimiento, afirman desde el cuerpo técnico. Y si hay algo positivo en los escasos 2.000 minutos que suma entre todas las competiciones es el buen estado de forma con que llegará a su primera cita con la selección española, algo que también él califica como un "premio" a su trabajo.