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La polémica juventud de Ratzinger

La biografía de Joseph Ratzinger se convirtió ayer en la polémica del día. El presidente del Parlamento israelí, Reuven Rivlin, contrariado por el discurso de la víspera en el Memorial del Holocausto, atacó al pontífice: "No se puede ignorar el fardo que lleva como joven alemán que se unió a las Juventudes Hitlerianas (JH) y como persona que formó parte del ejército de Hitler, que fue un instrumento para el exterminio".

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, replicó en un primer momento que Ratzinger "nunca, nunca, nunca perteneció a las JH, que era un cuerpo de voluntarios fanáticos", y recordó que el Papa era un seminarista que fue movilizado, como todo joven alemán, cuando tenía 16 años (nació en 1927), en el cuerpo de auxiliares de la defensa aérea.

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Más tarde, sin embargo, Lombardi tuvo que rectificar cuando los periodistas le recordaron que el propio Ratzinger admitió en el libro La sal de la tierra (de 1996 y basado en entrevistas del periodista alemán Peter Seewald) que fue automáticamente movilizado y que sirvió en la Wehrmacht. Al ser preguntado si había formado parte de las JH, el actual Papa explicó: "Al principio no, pero cuando en 1941 se convirtió en obligatorio, mi hermano fue forzado a entrar. Yo era todavía muy joven, pero más tarde, como seminarista, fui inscrito en las JH. Tan pronto dejé el seminario, nunca regresé".

En su autobiografía, Ratzinger contó, también, que fue detenido por desertar en 1944. Filippo di Giaccomo, juez vicario del Vaticano, recuerda que el padre de Ratzinger envió a sus hijos al seminario para intentar eludir su ingreso en las JH.

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