El deshielo de las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña que el PSOE y los socialistas catalanes pedían a gritos desde hace meses comenzó ayer con la reunión de más de cuatro horas que mantuvieron en Barcelona el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el vicepresidente tercero y titular de Política Territorial, Manuel Chaves.
Empleados de la tienda de ropa Milano apuntaron en diciembre de 2008, dos meses antes de que estallara el escándalo del caso Gürtel y se hiciera pública la posible implicación de dirigentes del PP, que los responsables de la trama empresarial corrupta habían pagado trajes de ese establecimiento al presidente valenciano, Francisco Camps.
"Procuramos dulcificar las circunstancias de una muerte absolutamente indescriptible para que esas familias que ya han perdido al ser querido no sigan torturándose". El general Vicente Navarro, para quien el fiscal pide cinco años de cárcel por la falsa identificación de 30 de las 62 víctimas del Yak-42, apeló ayer al dolor de las familias para justificarse.
El PSOE mantiene el casillero a cero, aunque sea a costa de tener que apoyar propuestas económica del PP contrarias a la línea del Gobierno. El objetivo, de momento logrado, es el de no perder votaciones, y el fin en este caso justifica los medios, al menos según el PSOE.
"Cuando hacemos el bien nadie se acuerda de nosotros. Cuando hacemos el mal, nadie lo olvida". Es el lema de los Ángeles del Infierno. Sus miembros se consideran una hermandad de moteros que recorren, juntos, miles de kilómetros por medio mundo.