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Entrevista:EL JEFE DE TODO ESTO | Santiago Soria, subdirector de Conservación de Zonas Verdes

"Las obras grandes exigen siempre algún sacrificio"

El responsable de los jardines en el Ayuntamiento justifica la tala de árboles en la calle de Serrano

Santiago Soria, nacido en Madrid en 1953, estudió en un colegio religioso instalado en un palacete de la calle de Villanueva, a unos 400 metros en línea recta del despacho que hoy ocupa en el paseo de Recoletos. Es la sede de la Concejalía de Medio Ambiente, donde desde el año 2005 ejerce como subdirector responsable de la Conservación de Zonas Verdes. Ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid, fue alumno de Manuel García de Biedma -"gran entomólogo", precisa-, y de Domingo Cadahía, Ernesto Romanic, Ramón Montoya. Antonio Notario dirigió su tesis sobre "mariposas defoliadoras en el bosque de La Granja". Es éste un enclave serrano que Santiago Soria venera y donde alquila casa desde hace años.

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Santiago Soria cursó oposiciones al Servicio de Defensa contra Plagas del Ministerio de Agricultura, donde trabajó 10 años hasta su paso a Patrimonio Nacional; allí fue responsable de su patrimonio vegetal. En 2005 pasó al Ayuntamiento, a la Concejalía de Medio Ambiente, donde hoy despliega sus tareas profesionales. Tiene a su cargo a unos 250 funcionarios municipales, jardineros en su mayoría, así como la responsabilidad en la jefatura de aproximadamente otras 1.500 personas pertenecientes a distintas contratas que trabajan en parques y jardines municipales, cuyos servicios fueron privatizados años atrás.

Él es el responsable de los aproximadamente 350.000 árboles de alineación que ornamentan las calles de Madrid, además de los casi dos millones con los que cuenta entre los parques históricos como el del Retiro, la Casa de Campo o la Fuente del Berro, y los urbanos, como el parque del Oeste o el Juan Carlos I, que es de competencia municipal integral, es decir, el Ayuntamiento se hace cargo de todos sus componentes, desde iluminación hasta alcantarillado.

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Santiago Soria dirige asimismo los tres viveros municipales: el de Migas Calientes, junto al río Manzanares y cerca de la carretera de El Pardo, dedicado a generar arbolado: produce unas 10.000 unidades anuales, la mitad de ellas de reposición. "Por cada árbol que se tala, los particulares deben reponer tantos árboles como años tenía el ejemplar talado", explica. El vivero de Estufas, en el Retiro, que rige con mano diestra Javier Spalla, "en sus tres hectáreas de extensión produce hasta un millón de flores, de los dos millones que Madrid consume anualmente"; y el vivero de la Casa de Campo, con 11 hectáreas, con una producción de unos 250.000 arbustos anuales, además de arbolado de reposición.

La primera vocación de Santiago Soria fue, y sigue siendo, la investigación. "Desde que hice la primera comunión tuve microscopio", explica. Quizá por ello, su vida se vio abocada a la aventura de investigar. "En Estufas experimentamos con 100 especies nuevas para obtener nuevas variedades de flores". A su juicio, "está por probar fehacientemente que Madrid sea, como se asegura, la segunda ciudad del mundo en arbolado, pero en todo caso, estamos entre las primeras más arboladas", admite.

¿Cómo explica las talas o las podas severísimas a las que se somete al arbolado en Madrid, como en el reciente caso de la calle de Serrano? "Toda obra grande exige algún sacrificio. Nosotros somos funcionarios e informamos a quienes deciden, que no tienen por qué saber de todo". ¿Carecen de iniciativa pues? "No, estamos obligados a conocer para informar y que otros decidan. En ello reside la iniciativa de la que disponemos: la de indagar y conocer". Y añade: "Creo que la presión popular implica que, quien la ejerce, valora lo que hacemos y, además, constituye un estímulo para que los administradores hagamos mejor las cosas".

A la hora de elaborar una autocrítica sobre la gestión del patrimonio verde madrileño, Soria reflexiona un momento: "Creo que sobra burocracia y que por culpa de esa burocracia, muchas actuaciones quedan paralizadas o anuladas. Pienso también que habría que agilizar las gestiones para que las respuestas sean inmediatas cuando surgen los problemas. Por último", subraya, "un pecado de casi todo tipo de administraciones es la falta de información al ciudadano; creo que no acabamos de saber conectar con la ciudadanía y, muchas veces, nos ven más como enemigos que como gestores".

¿Cómo concibe la jefatura, el mando? "Lo mejor es la responsabilidad que se asume; lo peor, el que nunca se pueda satisfacer a todos aquellos a quienes diriges: es tarea imposible".

¿Cuál considera la principal dificultad de sus cometidos? "Uno de los grandes entomólogos de la historia de España, Gonzalo de Ceballos, decía: 'Mientras Hacienda siga así, no podemos hacer nada biológico...'; lo que significa que en biología se manejan tiempos naturales, que no coinciden nunca con los tempos económicos o presupuestarios".

¿Qué consejo daría a los madrileños sobre el patrimonio botánico de la ciudad? "Que valoren y tengan en cuenta la maravilla natural única que poseen y exijan que siga siéndolo allá donde vean que ya no lo es".

Santiago Soria, en el paseo de Recoletos, cerca de su despacho.
Santiago Soria, en el paseo de Recoletos, cerca de su despacho.BERNARDO PÉREZ

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