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El tranvía cumple cinco años y alcanza los 87 millones de usuarios

El debate sobre su extensión a toda la Diagonal parte del éxito logrado

Ayer se cumplieron cinco años de la reimplantación del tranvía en Barcelona. Primero fue el Trambaix, en la zona sur de la Diagonal, conectando Francesc Macià con L'Hospitalet y diversas localidades del Baix Llobregat. Luego llegó el Trambesòs, que unía Badalona, Sant Adrià y Barcelona, y cuya construcción sirvió para abordar la semicobertura de la Gran Via entre Glòries y la salida de Barcelona. Transcurrido ese tiempo, el tranvía se ha impuesto con 23 millones de usuarios por año y 87 millones desde su inauguración.

El tranvía era, cuando se decidió su reimplantación, un mal menor. Esplugues, Cornellà y Sant Joan Despí preferían el metro, pero los últimos gobiernos de CiU descubrieron que el tranvía se paga a largos plazos ya que la obra la realizaban empresas privadas en régimen de concesión. Es decir, no había pagos adelantados por parte de la Administración y, además, no computaba como deuda. Para colmo de ventajas, construir en superficie es harto más barato que hacerlo en túnel.

El Trambaix y el Trambesòs tienen 23 millones de pasajeros al año
Los municipios preferían el metro, pero resultaba mucho más caro

La batalla contra el tranvía y a favor de la prolongación de la línea 3, sobre todo en Esplugues, que impuso un trazado diferente al inicialmente previsto, fue dura. Al fin, con dos años de retraso, el 3 de abril de 2004 el entonces flamante consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, inauguró una obra heredada. Fue en ese momento cuando el secretario de Movilidad, Manuel Nadal, asumió el proyecto como propio y decidió plantar cara a los críticos. "Triunfará", dijo. Y así ha sido. El tranvía, sobre todo las líneas del Baix Llobregat, han triunfado y son utilizadas cada año por más de 15 millones de usuarios.

En el otro lado de la ciudad, el afianzamiento es más difícil y el número de pasajeros anuales se sitúa casi en la mitad de los que logra el Trambaix, cuyo éxito hizo que la empresa anunciara ayer adquisiciones de vehículos para ampliar las frecuencias.

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El éxito del tranvía no es ajeno a la decisión del Gobierno de Barcelona de extenderlo a toda la Diagonal, un proyecto que al principio sólo defendía CiU. Y justo cuando CiU empezó a dudar de la oportunidad del mismo, el alcalde, Jordi Hereu, descubrió sus bondades y abrió el debate sobre la reforma de la avenida dando por sentado que incluirá un tranvía (sin catenaria) que conecte el que hoy muere en Francesc Macià con el que lo hace en Glòries.

Las obras del tranvía tuvieron una segunda virtud para los alcaldes: se aprovechó su trazado para reurbanizar la zona. Cornellà es uno de los ejemplos más claros de mejoras urbanísticas, pero también Collblanc, en L'Hospitalet. Y los costes de estas mejoras se cargaron al tranvía. Cinco años después, todos contentos.

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