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Reportaje:

Una larga historia de atracción

Músicos y artistas fortalecen el vínculo del jazz con el flamenco en sus trabajos

El proyecto Kind of Cai, que recientemente ha visto la luz en forma de disco, se viste de largo esta primavera con su presentación en el ciclo Jazz viene del Sur. Concretamente, se podrá escuchar en Granada (Teatro Alhambra, 14 de abril), Málaga (Teatro Cánovas, 15 de abril) y Sevilla (Teatro Central, 16 de abril). Estos conciertos coinciden con el 50º aniversario de la publicación de la legendaria grabación Kind of blue, del trompetista Miles Davis, una obra que revolucionó el mundo del jazz.

Unos músicos gaditanos han realizado una fresca y novedosa relectura de la obra al trasladarle ritmos y acentos flamencos. Al saxofonista Carlos Villoslada, al guitarrista Luis Balaguer y al pianista Miguel Ángel López se unieron el contrabajista D. J. Foster y Rubem Dantas, que puso las percusiones en la grabación. En las actuaciones señaladas, que contarán con el saxofonista David Binney como artista invitado, será Guillermo McGuill quien se encargue de la percusión.

El trompetista Miles Davis ilustra la profundidad de esta relación

Las relaciones entre el flamenco y el jazz puede que no constituyan una historia de amor, pero no cabe duda de que ambas músicas arrastran una larga relación con simpatías recíprocas, muchos momentos de idilio y sonados encuentros debidos a iniciativas tanto de una como de otra parte. En los últimos 20 años, las relaciones entre estas músicas son más fluidas, los encuentros más repetidos y el entendimiento mayor; pero la historia viene de muy lejos.

Ya Jelly Roll Morton, en los años veinte, mostró interés por el llamado deje español (spanish tingle), y, con el tiempo, ese interés se plasmó en grabaciones inspiradas por el flamenco o por la música española por parte de algunos renombrados jazzmen. Son los casos de John Coltrane, Jim Hall o el Modern Jazz Quartet.

Pero, sin duda, es el trompetista y músico visionario que fue Miles Davis el que constituye el mejor ejemplo de la influencia de la música flamenca en el jazz. Su grabación Sketches of Spain (1959-1960) es tenida como un hito y, en ella, los arreglos de Gil Evans incluyen hasta una falseta del tocaor Manolo de Huelva, como descubrió, sorprendido, un por entonces adolescente guitarrista, Gerardo Núñez, quien, con el tiempo, se convirtió en uno de los principales protagonistas del diálogo entre las dos disciplinas.

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Los movimientos de interés de los músicos flamencos por el jazz no se dan hasta la llegada del guitarrista Paco de Lucía. La razón principal de este acercamiento se halla en la búsqueda de nuevos horizontes para la guitarra, un instrumento que, con Sabicas y Niño Ricardo, había iniciado un proceso de emancipación del cante, un ejercicio al que había servido de forma tradicional. El tocaor de Algeciras vislumbra en el jazz una riqueza armónica que la guitarra flamenca no tenía y se acerca de una u otra forma a él. A ello hay que sumarle también una manifiesta curiosidad por la improvisación. Por esas inquietudes, Paco de Lucía se embarcó en giras con guitarristas del jazz como Al di Meola o John McLauglin.

Parecidas sensaciones a la de Paco de Lucía sintió Gerardo Núñez, que ha protagonizado no pocos encuentros entre el flamenco y el jazz. Algunos de ellos se han plasmado en grabaciones que muestran las posibilidades de convivencia entre las dos músicas. Son los casos de Cruce de Caminos (2001), Pasajes (2003) o New Flamenco Sound (2006), proyecto liderado por el pianista Chano Domínguez. Una próxima se está registrando en estos días. Será la que reúna al contrabajista de jazz Dave Holland con el guitarrista flamenco Pepe Habichuela.

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