Los escándalos que afectan al PP
El PP redobló ayer sus ataques contra el magistrado Baltasar Garzón mientras arrecian las revelaciones sobre la trama de corrupción con empresas de Francisco Correa y que afecta a cargos vitales del partido. No hubo reacción alguna de la dirección de la formación ante la cacicada del PP de Madrid al cerrar la comisión sobre la red de espionaje, con graves acusaciones a un miembro de la dirección del PP.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, los dos altos dirigentes del PP más directamente salpicados por la investigación de la trama corrupta en Administraciones del PP, tuvieron que afrontar ayer la cuestión en los plenos de sus respectivos Parlamentos.
La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, presumió ayer de que entre los diputados del PP no hay ningún "imputado", y subrayó que los cargos populares que aparecían "en el sumario" del juez Baltasar Garzón han dimitido. Sin embargo, en la bancada popular conservan su escaño tres diputados que.
El espionaje en la Comunidad de Madrid
Tras el carpetazo que el PP ha dado a la comisión parlamentaria que investigaba la existencia de una trama de espionaje político en Madrid, sin escuchar ni siquiera a los espiados, dos de ellos -Manuel Cobo y Alfredo Prada, ambos dirigentes del PP críticos con Esperanza Aguirre- se ratificaron ayer en que fueron objeto de seguimientos, y confiaron en que los jueces investiguen el caso hasta sus últimas consecuencias.
La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega aprovechó la reunión de la comisión de subsecretarios del pasado miércoles para dirigir una reprimenda a los aproximadamente 30 secretarios de Estado y subsecretarios por la falta de iniciativas.
Socialistas y populares empezaron ayer a desbrozar el camino que convertirá a Patxi López, si nada se tuerce, en el primer lehendakari no nacionalista después de casi tres décadas de gobiernos del PNV. El mayor acuerdo que alcanzaron fue compartir su disposición a abrir una nueva etapa política en Euskadi.
"El único que tiene 30 escaños detrás soy yo". Con esas rotundas palabras reclamó ayer el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, su derecho y legitimidad para seguir "al timón del país". Ese encargo, el de seguir liderando Euskadi, es el que entiende que recibió de la sociedad vasca el 1-M y dice que a él se aplicarán él mismo y su partido "sea desde donde sea".
Las fotos de 18 etarras ya no siguen expuestas en la verja de una sucursal del Banco Guipuzcoano de Mondragón, que el candidato socialista a lehendakari, Patxi López, calificó el sábado de "muro de la vergüenza", en el homenaje al ex edil de la localidad asesinado Isaías Carrasco.
Ataque de pánico del Gobierno que describe su situación en el Congreso. "No encuentro a [Josep Antoni] Duran", le dijo encogiéndose de hombros el diputado de CiU Josep Sánchez Llibre a María Teresa Fernández de la Vega, en mitad del pasillo del Congreso. "No pasa nada", le respondió, molesta, la vicepresidenta.