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Elecciones 1-M | Los planes de Feijóo

Feijóo promete "desvanecer" las siglas del PP y obedecer sólo a Galicia

El presidente electo dice a Rajoy que su victoria es "un servicio a España"

Es ya un barón en el PP. Ha logrado lo que nadie en el partido: ganar por mayoría absoluta una comunidad al primer intento. El único antecedente, Jaume Matas en Baleares, partió con la ventaja de contar con un Gobierno de su mismo color en España. Así que la plana mayor del PP, el comité ejecutivo con el presidente nacional, Mariano Rajoy, y la número dos, Dolores de Cospedal, a la cabeza, rindió ayer honores a su nuevo líder. En casa. Todo el marianismo -también estaban Ana Pastor, Ana Mato, Javier Arenas, Jorge Moragas y Esteban González Pons- viajó a Santiago para agradecer el balón de oxígeno a su líder. Hasta el propio Feijóo calificó el histórico triunfo como "un buen servicio a Galicia y también al resto de España".

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El PP amaneció con su dulce resaca en el mismo hotel donde el domingo había celebrado hasta tarde el escaño 39. A mediodía, cuando recibió la noticia, el presidente electo evitó hacer sangre con la dimisión de Touriño que había deseado en cada mitin. "Mucho respeto ante la decisión que tome el líder del PSdeG, hará lo que considere oportuno, pero es algo que afecta al PSOE que debe hacer lo que considere oportuno por el bien del partido y del funcionamiento democrático del Parlamento", valoró. Despojado de su papel de candidato, el presidente electo reiteró que su Gobierno "desvanecerá las siglas del PP para hacer emerger las de Galicia".

Ofreció a los ciudadanos, a quienes lo votaron y a los que no, "un gobierno único, un proyecto único y un presidente único". Y repitió el llamamiento a PSOE, Bloque, agentes sociales y sociedad civil para afrontar "juntos" el actual contexto de crisis económica.

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Incidió en su intención de adelgazar su futuro Gobierno para que no sume más de 10 conselleiros y en su plan de reducir, un 40%, el número de altos cargos.

No se olvidó Feijóo, porque tampoco se lo va a permitir la prensa, del famoso coche. A juzgar por lo visto ayer, la provechosa y meditada campaña del Audi A8 y del lujo bipartito, acompañará al presidente in pectore durante unas cuantas semanas todavía. Nada más sentarse en el plató de Telecinco junto a María Teresa Campos, esa fue la primera pregunta. Y al acabar el discurso tras el comité ejecutivo, el primer periodista en intevenir volvió con lo mismo. "Mi coche será un Citroën, es uno de los grandes compromisos de la campaña electoral. "Estoy encantado con el C6 [que la factoría viguesa ha puesto gratuitamente a disposición del PP] y con poder presumir de una de las grandes fábricas de Galicia". A estas alturas, Feijóo ya ha advertido las dificultades que entraña colocar en el mercado la berlina de lujo que utiliza el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, un modelo similar al que transporta a otros cargos institucionales del PP como Alberto Ruiz-Gallardón.

El equipo de campaña aguardará unos días para iniciar los trámites del traspaso de poderes. Ayer, el propio Feijóo ni siquiera tenía muy claro el calendario que le espera hasta volver a atravesar el umbral de San Caetano. Y mientras, alrededor de la comitiva presidencial revolotean desde la noche del domingo una docena de directores generales de la época de Fraga. La mayoría absoluta que sorprendió a más de uno en el seno del PP ha resucitado su vida orgánica, al menos en los actos oficiales, donde los aplausos resuenan ahora con mayor intensidad.

Después de pasar frío y mucha "soledad" en la oposición, como él mismo ha reconocido durante la campaña, ahora el líder se encuentra más acompañado que nunca. Tal vez por eso, lleva 24 horas agradeciendo el apoyo de su secretario general, Alfonso Rueda, de los cuatro presidentes provinciales y del coto cerrado de asesores, no más de diez, que lo acompañaron en la travesía del desierto.

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