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Entrevista:MERIENDA CON... FRANÇOIS DE RICQLÈS

"La clave de la subasta es que todo parezca fácil"

Antonio Jiménez Barca

Llega al café puntual, impecable, tieso, se sienta, se quita la chaqueta azul añil que le queda como un guante y se derrumba en la mesa sin perder la sonrisa. No disimula que se encuentra cansado. Tampoco que se siente inmensamente feliz y satisfecho. Por las manos de este hombre atildado y orgulloso acaban de pasar 773 millones de euros en obras de arte. Su nombre, François de Ricqlès. Su edad, 50 años. Su profesión, subastador y vicepresidente de Christie's en París. Su último cometido y su consagración exitosa: organizar y dirigir la subasta de la colección privada de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, celebrada del 23 al 25 de febrero en el Grand Palais de París.

No quiere comer nada. Ni beber. Se conforma con un té verde que casi no prueba. Enseña el mazo negro de madera. Lo agarra de una forma extraña, por la pesa y no por el mango. Así, de esta manera, con 733 mazazos, desperdigó los objetos de arte reunidos a lo largo de toda su vida por el modisto francés y su compañero y socio. Hubo tres días en que medio planeta estuvo pendiente de este hombre y su martillo negro. ¿Cómo se vive eso desde ahí arriba?

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"La primera tarde, la de los cuadros de pintura moderna, la de las obras más valiosas, estaba a la expectativa. Nadie sabía cómo iba a reaccionar el mercado con la crisis. Pero después hubo un momento en que pensé: esto marcha. Y la última tarde, dos días después, cuando tocaba subastar la arqueología y los muebles de época, todo iba rodado. Iba casi solo. Los compradores ya sabían que si querían llevarse algo de esa colección había que gastar dinero. Así que yo iba muy rápido, clic, clic".

Gesticula mucho para imprimir velocidad a la frase. También lo hacía en la tribuna de la subasta, cuando debía dirigir la venta de un lote cuyo precio subía, pasmosamente, a razón de millón de euros por puja. Con la misma naturalidad con la que ahora se toma (un poco) del té verde que ha pedido.

"Todo el mundo dice que mi principal virtud es dar la impresión de que parece fácil todo lo que hago", explica. Pero no es fácil. De hecho, la misma casa Christie's, que lleva rematando lotes desde hace más de 300 años, tiene clases de subastadores que sirven de entrenamiento. De Ricqlès nunca las necesitó. "A los 20 años tuve la suerte de acompañar, en la tribuna, a los mejores subastadores de París. Ahí lo aprendí todo. Hay mucha gente que no vende mal. Pero es muy difícil vender bien", añade, sin referirse a sí mismo expresamente pero incluyéndose en el grupo. De Ricqlès, que conoce a todo el que importa algo en el mundo del arte en París, fue el que convenció a Bergé para que su colección la subastara Christie's.

¿Y cuál es el secreto? "Ser rápido, pero no mucho; no ser muy teatral y ser natural, pero tampoco mucho", explica.

Sólo una pega: el picasso que debía de haberse vendido por más de 25 millones de euros pero que nadie quiso a ese precio. Sin perder su sonrisa, el vicepresidente de Christie's de París explica que fue Bergé el que puso el precio. "En los demás objetos se fio de nosotros. Con el picasso no, estaba seguro de que se vendería por mucho más de 25 millones de euros. Lo sobrevaloró".

La tarde invernal se echa sobre París. De Ricqlès se pone la chaqueta elegantísima y se dispone a salir del café, que queda muy cerca de los Campos Elíseos. Antes sentencia: "Saint Laurent y Bergé eran la personificación de lo parisino: cultos y libres".

De Ricqlès tuvo la suerte de estar con los mejores.
De Ricqlès tuvo la suerte de estar con los mejores.DANIEL MORDZINSKI

Café Market. París

- Un té verde: 10 euros.

- Un café: 9,90 euros.

Total: 19,90 euros.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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