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Reportaje:El sexto 'grande' del 'número uno'

Dos desafíos físicos

El trabajo de recuperación de Nadal tras el partido con Verdasco, clave

Carlos Arribas

En su discurso desde el centro de la pista, tras consolar al inconsolable Roger Federer, Rafa Nadal se acordó, como de costumbre, de la gente que trabaja con él; se acordó, por primera vez, de Joan Forcades, su preparador físico. "Es que hemos hecho este año una pretemporada diferente. Nos hemos arriesgado y nos ha salido muy bien", dice Forcades, modesto, desde Mallorca, desde donde cotidianamente se comunicaba, Skype mediante, con Rafael Maymo, el masajista que sudaba varias horas al día sobre los músculos de Nadal, y por teléfono con Ángel Ruiz Cotorro, el médico que cierra el trío responsable de la preparación física del tenista. "Es un trabajo en equipo. Entre los tres creamos una sinergia de escuela de negocios, una simbiosis que hace que seamos más que la suma de tres individuos".

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Los tres, el equipo habitual, se han enfrentado en dos meses a dos complicados desafíos. Con éxito. El Nadal que terminó 2008 muy tocado, forfait en el Masters y la final de la Copa Davis, ha llegado al primer grande de 2009 tan fuerte como siempre. El Nadal que no las tenía todas consigo, pues terminó contra Fernando Verdasco (5h 14m, más de 30 grados) y se acostó a las cinco de la mañana del sábado casi paralítico, terminó más fresco que Federer, y victorioso, otro maratón de más de cuatro horas, punto final a una semana de 42 horas en la que los protocolos de masaje, hielo, nutrición, peloteo, trabajo aeróbico y sueño han sido fundamentales para cubrirlas con la chispa necesaria. "Para que estuviera tan bien física como mentalmente. Porque Nadal ganó gracias a su superioridad psicológica, a que actuó muy frío, a que no se hundió tras los fallos ni se fue a las nubes tras los grandes golpes", dice Forcades; "se olvidó de todo para que las emociones no influyeran en sus decisiones".

"Pero no hay que olvidar que Nadal practica un tenis muy físico", recuerda Forcades, quien este invierno varió la preparación física del jugador; "hemos hecho dos sesiones diarias muy cortas, sesiones exprés. Piscina. Máquina de remo o bicicleta de spinning para el trabajo aeróbico sin impacto. Poleas cónicas, máquinas de vibración... Trabajo excéntrico, compensatorio de rodillas y hombros. Y, como ha trabajado en pista cubierta, ha sufrido menos las inclemencias del tiempo".

Durante el torneo, durante el fin de semana que comenzó con el partido ante Verdasco, el equipo de Nadal resolvió una curiosa paradoja. "Ganó a Verdasco físicamente quizás porque llegaba muy fresco a la semifinal, con poco desgaste. Si hubiera sido a mitad de la temporada, no habría llegado. Y en la virtud estaba el vicio", explica Ruiz Cotorro. "Sus músculos no habían cogido carga de forma progresiva, sino de una manera brutal y en un partido. La consecuencia fue una sobrecarga, una fatiga muscular, que hubo que trabajar con masajes diferentes. Además, fue importante que pudiera dormir esa noche. Para ello, para acelerar la recuperación, le suministramos un relajante muscular. Así, pese a acostarse a las cinco de la mañana, pudo dormir más de nueve horas, lo que resultó muy importante", concreta.

En el calor de Melbourne, en el partido con Verdasco, Nadal perdió más de tres kilos de líquido corporal. "Hubo un trabajo específico de nutrición e hidratación para recuperarlo. Por suerte, descendieron las temperaturas y pudimos ser más agresivos y variados. Comió más hidratos y más alimentos básicos para frenar la acidosis", dice Ruiz Cotorro, "y añadimos complementos a la comida normal. Así que en la final estuvo muy bien de peso".

El domingo, temiendo una final larga, un agotamiento prematuro, Nadal comió pronto. "Comió hidratos no inmediatos y durante el partido tomó alguna bebida no habitual", concluye Ruiz Cotorro. Y se comió un plátano: "Por el potasio y por los hidratos. Y por costumbre, porque al estómago hay que darle lo de siempre para que no se rebele".

Nadal recibe atención del médico durante la final.
Nadal recibe atención del médico durante la final.AFP

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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